La alegría más perfecta
Me tocó ir a donar sangre el viernes. Al lado del banco de sangre, hay una pequeña escuela elemental pública. A la hora en que yo estaba allí, había recreo en la escuela. Llegaba hasta mí el cautivador bullicio que sale de los patios de las escuelas elementales cuando hay recreo: risas, gritos, voces perfectas. Suena más lindo que pájaros cantando. Parecían destellos cristalinos en medio de la sinfonía disparatada de una ciudad caótica como San Juan. No hay edad … Ver más ➡