La ciudad colapsa ante el tapón que alcanza unos niveles insospechados. Los estantes de flores se agotan, a pesar del alza en sus precios. Se escuchan los mariachis entonando la canción “Las mañanitas.” Abuelas, hijas, nietas y bisnietas son sacadas a pasear y a comer en restaurantes que superan los presupuestos familiares. Los regalos no faltan. Se tira la casa por la ventana. En fin, es 10 de mayo, día de las madres en México. 

Me han contado que el día de las madres es más preciado que cualquier cumpleaños o fiesta de navidad. El cotidiano uso del epíteto, “madre santa” adquiere más fuerza a través de todo el empeño dedicado a dicha celebración.

Una corriente de historiadores propone que el culto o devoción a la “madre santa” encuentra sus orígenes en la cultura pre-hispánica. Los aztecas adoraban a “Tonantzin,” diosa relacionada a la tierra y la fertilidad. Durante el período de la conquista española, esta figura se transformó, a través de sincretismos y otros procesos culturales, en “Cuatlalupetl” o “Guadalupe” como se conoce hoy en día. La Virgen de Guadalupe es considerada la madre protectora de todos los mexicanos, aquella que los socorre en momentos de dificultad. Incluso, según ciertas estadísticas, el 80% de los mexicanos se auto denominan como “Guadalupanos.”

Sea o no cierta esta teoría, el caso es que las madres reciben toda la atención, sus 15 minutos de fama y absoluto protagonismo. No sólo ellas se benefician, sino que otras compañías, dedicadas al negocio de las remesas también se han lucrado de la festividad. Según el director general de Western Union en México, el mes de mayo es el pico más alto en el envío de remesas, principalmente provenientes de Estados Unidos. Cinco días antes del día de las madres, las transacciones se elevan a un doble dígito. De modo que todas las madres celebran, aunque sus hijos residan en el extranjero.

Por primera vez en mi vida, salí a la calle temprano y varias personas me felicitaron “en mi día.” No soy madre. Sin embargo, aquí aunque no se tenga hijos todos asumen que eres mamá. Y es que más allá de ser el día de las madres, este día es el cumpleaños de todas las mujeres, como una evocación a aquella “Tonantzin,” diosa de la tierra y la fertilidad.