Mirando hacia atrás
A las seis y treinta de la mañana, tomo un tren desde la estación de Poroy, en Cusco, para llegar al pueblo de Aguas Calientes donde se encuentran las ruinas del Machu Picchu. El vagón está plagado de turistas de casi todas partes del mundo, argentinos, españoles, brasileños, italianos y checos, entre otros. Nos avisan que el recorrido será de tres horas y media y yo me desespero un poco. Tengo hambre y sueño. Dormito durante unos cuarenta minutos y … Ver más ➡