De bruces en Cambridge
Como crónica de una muerte anunciada, caí de bruces al suelo. Los tobillos me traicionaron. Estaba lloviendo y tropecé fatalmente. Sentía la sangre a borbotones. Se me ha partido un labio. ¿Qué voy a hacer?—pensé—En una cuidad tan ajena. Estoy en Cambridge visitando a una amiga que acaba de comenzar en su puesto como profesora. Llego a la casa y me pongo casi una libra de triple antibiótico Neosporin, que traigo en la maleta. Me levanto al día siguiente, ante el … Ver más ➡