Recuerdo cuando la vida era 100 por ciento presencial y les daba clases a mis estudiantes frente a frente. Usualmente ofrezco cursos de Maestría que se dan en horario nocturno. Mi papá, quien ha vivido nueve décadas, me llamaba sin falta para preguntarme si el edificio estaba oscuro, si había vigilancia, si mi auto estaba cerca, si ya estaba montada en el carro, si ya había salido del campus; y en ocasiones, me acompañaba todo el camino, telefónicamente, hasta llegar a mi casa. Ahora que la vida es híbrida, algunos días trabajo desde la Oficina y otros desde el hogar. Me llama todos los días en la noche para preguntarme qué tal el día de labores. En algunas ocasiones, todavía estoy en la Oficina de noche; y le explico que hay un Guardia Universitario destacado frente al Edificio. Sin embargo, él me ha dado la instrucción de que antes que ingrese al auto, lo mire por dentro, por si acaso. Cuando me llama me dice: ‘Muchachitaaaaa’ (y claro, yo me lo creo porque todavía no me toca el turno de vacunarme). ¡Esa llamada me provoca una felicidad inmensa! Y es que, de los detalles de la vida, así como de nuestras valoraciones del existir, emerge ese sublime estado plenitud que se construye instante a instante, vivencia a vivencia, momento a momento: ¡la felicidad!

¿Cómo lograr la felicidad? Es la pregunta existencial que nos ha ocupado por siglos. Muchos la han supeditado a la consecución de metas y la obtención de bienes; y fórmulas preestablecidas por los tiempos, la sociedad, la cultura, la religión… Sin embargo, más allá de su universalidad, más allá de fórmulas, la felicidad emana de lo interior por lo que se nutre de nuestra conciencia de nosotros mismos. De manera que un pilar para ese estado plenitud es el autoconocimiento que, a su vez, es la piedra angular de la inteligencia emocional.

No hay duda, la capacidad de comprender, identificar y manejar nuestras emociones; así como de reconocer su impacto en nuestros pensamientos y acciones, es nuestro faro hacia la felicidad.

En el libro Felicidad de la serie Inteligencia Emocional de Harvard Business Review la conferenciante Jennifer Moss se plantea la pregunta: ¿Cómo se obtiene la felicidad verdadera?, y cita a la doctora Vanessa Boute para reflexionar sobre el tema: “Algunas veces tendemos a ver el ‘ser felices’ como el objetivo final, pero nos olvidamos de que lo realmente importante es el viaje; descubrir qué nos hace felices y comprometernos con esas actividades de forma habitual nos ayudará a llevar una vida más satisfactoria”.

Ese descubrimiento, al que se refiere Boute, es precisamente la exploración -en atención plena- de nuestras emociones como mensajeros hacia acciones que nos lleven a metas sublimes como la felicidad.

El Modelo de Inteligencia Emocional de Six Seconds, lo explica usando tres pilares: (1) Conócete o tomar más conciencia (estar al tanto de lo que hace); (2) Elígete o ser más intencional (actuar de la manera que desea); y (3) Entrégate o más decidido (hacer las cosas con una razón).

El psicólogo humanista Carl Rogers (mucho antes de que se acuñara el término de inteligencia emocional), insistía en que “el autoconocimiento es la clave para lograr el bienestar y la autorrealización”. También promulgaba que, en esa observación del yo, estaba la clave para mejora al indicar: “La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal como soy, entonces puedo cambiar”.

Hoy sábado, 20 de marzo que se celebra el Día Internacional de la Felicidad, te invito a que hagas una introspección profunda hacia las avenidas de tu interior para que, a través de ese ejercicio de conocerte, elegirte y entregarte, puedas reconocer y gestionar tus emociones, lo que a su vez te permitirá atesorar –en atención plena- muchos instantes de felicidad.

En mi libro personal, la felicidad y el agradecimiento van tomadas de la mano. Es reconocer que en lo bueno y en lo malo; salud o enfermedad; en tiempos de prosperidad o tiempos de adversidad, podemos tener la capacidad resurgir porque le hemos dado atención a nuestras emociones. ¡Desde el lente del agradecimiento disfrutemos nuestras estaciones de felicidad!

¿Qué me hace feliz? ¡La llamada diaria de mi papá! Que mis padres celebraron 72 años de casados. Que tengo un sobrinito de apenas un mes de nacido. La solidaridad de mi esposo. Que tengo unas hermanas espectaculares. El don de la familia: los sobrinos de aquí y los de allá. ¡El mar! Mis perrihijos. ¡El arte! Compartir con ustedes este blog. Narrar las historias de éxito de los colegiales. Y por qué no: ¡El viento y todas sus conversaciones! y más, siempre hay más. ¿Y a ti qué te hace feliz?

                                                                                           Arte Kaliany Serrano Viera

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