Una besucona en serie
Una noche reciente, me hallaba yo en mi consultorio habitual -el Sport Bar de Isla verde que patrocino con cierta frecuencia-, disfrutando de la apacible tranquilidad que los hombres de acción conseguimos al degustar un buen whisky doble después de un arduo día de trabajo. Este es un placer, claro, que aumenta considerablemente cuando uno está solo y puede aprovechar el tiempo tratando de imaginarse los números de la loto. Sin embargo, de pronto sentí que un individuo se … Ver más ➡