En una noche de silencios…
Al Rescate de la Esperanza, que Anda Realenga… y hay que Atraparla
Hoy es un día 13, casi mitad de mes, el último del Año. En pocos días, Nochebuena y luego, Navidad. Para algunos la Navidad es bachata, adornos, ropa nueva, lechón, arroz cob gandules, etc, Tal vez nada de eso sea malo, lo malo son las prioridades que tenemos. Nos inclinamos a lo temporal, a lo material, a lo festivo.
“Hay que brindarle la correspondiente importancia a la celebración navideña, Es bueno que exaltemos el nacimiento de Jesús como la razón de la celebración”
No hay que repetir mucho que ha sido un Año atípico. No creo necesario mencionar todas las experiencias negativas por las cuales hemos pasado. Sería darle espacio a lo negativo para permear el ambiente. Las palabras tóxicas se rechazan y las quejas se repelen, como buenos gladiadores, y lo digo aun cuando estoy en un momento malo, perdonen la indiscreción
“Tenemos dos fuerzas que nos ayudan a vivir: el olvido y la esperanza.”
Vivo día a día, disfruto cada día. Estoy conciente que todo no es miel sobre hojuelas. Me atempero a las diversas Situaciones y evito que me chupen la alegría. Hay que tener voluntad para evitar caer del trapecio o de la cuerda floja. Como el trapecista, hay que hacer malabares mentales para evitar caer en depresión.
“Lo que cargas, te pesa. Y lo que te pesa, te hunde. Practica el arte de soltar, perdonar y dejar ir”.
Candidman
Hay quienes se derrumban ante el primer soplo negativo. Creo ser un buen malabarista con las Situaciones y alpinista de los escollos. Me agarro de mi fe, me acerco y acorralo a la Esperanza, subo peldaños y sigo en el Caminar tras los nuevos horizontes, porque al final, siempre hay una luz.
No siempre se ve la luz al final del túnel, llegan nubarrones que opacan el sendero de la Vida y uno, transita, como buen Caminante de viejos y nuevos caminos, a lo lejos alguien canta y la tarde cae presurosa, Angelus. Se escuchan los arpegios de una guitarra… a lo lejos, tal vez cercano, por donde anda la Esperanza realenga, la cual, hay que atraparla.
Llegar… paso a paso, por los viejos senderos con olor a tierra y miramelindas bordeando las laderas. Camino con paso lento para crear conciencia en mi, que el tiempo va pasando y las huellas deben ser claras, para ser recordado, como alguien que luchó, aunque haya habido quien le de la espalda.
Huellas visibles de nuevas esperanzas, anhelos repetidos, ilusiones soñadas, recordando que las rosas tienen espinas y el pájaro trina, el coquí canta y las caídas de agua lucen hermosas sobre las piedras rocosas añejadas, en el crepúsculo de variados matices de color.
El viento sopla entre los árboles su sonido particular y hay matices de color en la hojarasca del suelo que pisamos, hojas de otoño… como los años que han llegado, casi sin darnos cuenta.
El deambulante
salir a buscar un poco de calor en las calles, un poco de chocolate antes,
nieve en las aceras, en las tejas, nieve a donde quiera que vea,
y la brisa que la mueve, que a la gente empuja como puede.”
Prof. José Antonio Giovannetti Román 787 856 1610 787 644 8818
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Las caras de una Ciudad, Yauco video Youtube