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Fantasía II

Anastacio tenía una jumeta que no sabía distinguir el color blanco del negro, Cleto lo invitaba a tomar y su flojera de voluntad lo inducía a ceder a la tentación de beber licor en exceso. Su hígado y su mente se fueron atrofiando. Suncha había sido novia de Anastasio, pero ella lo dejó por el vicio que no podía dominar.

Son muchos los que pierden oportunidades de vida porque la cerveza y el licor ocupan un sitial de preferencia era sus Vidas. Suncha era una mujer hermosa y hacendosa, era planchadora y de vez en cuando era dama de compañía de personas mayores, muy buena cocinera, hacía unas barrigas de vieja que le zumbaban la manigueta.

En el barrio había un buen hombre, el cual se dedicaba a la crianza de gallinas, vivía solo. No empece, tenía un perro, Tolón, que lo seguía a todas partes, era su compañía, cualquiera diría que había sido adiestrado, tenía un olfato muy agudo y un buen oído. Si sentía algo extraño o veía alguien desconocido iba de inmediato al lado de su amo, en pose de defensa. Hay hermosas historias de lo que algunos perros hicieron por sus amos.

Hay personas que tienen ciertas especialidades, Lalo se distinguía por su habilidad para coger jueyes en la noche. Antonio, al que le decían Toñín, junto a Cheo, formaban el trío de Jueyeros, los cuales de tiempo en tiempo, en vez de irse de Juelga, sacrificaban horas de sueño para buscar un buen alimento en los jueyes, quien no haya probado un plato de arroz con jueces, no sabe lo que es bueno.

Los muchachos jugaban, corrían, y sus bicicletas las lavaban para tener su medio de transportación, algunos gustan tomar guarapo de caña antes de dar un Paseo por el llano. En una vieja mesa de cedro, con la luz de una vieja y amarillenta vela, el escritor del la Campiña escribía:

“Aquella hermosa jovencita llegó a mi Vida con un aire casi de fantasía lunar. Su caminar era ondulante, como las olas del mar, sus hermosas caderas se vestían de glamour, al hacer danzar su traje de buen vuelo. Se sentaba a la orilla del mar con su hermosos pies descalzos y recogía caracoles y piedras de diversas formas y colores, los echaba en una bolsa y luego desaparecía del lugar, mientras el amarillo sol desaparecía en un crepúsculo de oro.”

El incógnito escritor colocaba su viejo sombrero marrón en su cabeza, tomaba un buchito de te de naranjo… y apagaba la vela amarillenta. Tomaba su bastón y caminaba hacia el balcón a cerrar la puerta con una tranca en la puerta, y luego de lavarse la cara y cepillarse los dientes, hacía una oración, y a dormir.

La realidad y la fantasía hicieron un día un Junte y se teclearon palabras narrando cuentos imaginados, historias que pudieran ser verídicas, sueños no conseguidos. En ocasiones las palabras pueden ser pinceladas que emergen de la mente y salen decires, pensamientos, ideas, historias, narraciones. Hay quienes tienen un viejo baúl de recuerdos y decires los cuales no expresan, no comparten.

Uno es rico no por las propiedades o dinero que tenga, se es rico cuando somos capaces de subir al trapecio y hacer unas piruetas con la imaginación y como los alpinistas, subir peldaños hacia la cumbre de los sueños y anhelos… porque soñar, no cuesta. Todavía se puede observar el barquito de papel surcar los mares sin rumbo definido.

Prof. José Antonio Giovannetti Román 787 644 8818

@AntonioGiovan13  en Twitter

Tony1943able    el Video

Al Rescate de al Esperanza, que Anda realenga… y hay que Atraparla

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