Vivir es bueno y Morir también.
¡Qué bueno es ser bueno y sentirse bueno! Amar a Dios con el corazón, con el alma y con la mente. Y desde el amor a Dios amar intensamente a nuestra familia, a nuestros amigos y al prójimo. El Dios de la Vida es la fuente de todas las virtudes y en su cercanía las vivimos todas. Y cuando entendemos nuestra verdad y propósito nuestro corazón es pesebre de todas ellas. Y entonces nuestro mirar, abrazar, reír, hablar, caminar, soñar, … Ver más ➡