Blogs: Vicios, virtudes y valores

Estilos de Vida

Vicios, virtudes y valores

Por
💬

Confundido

Ya sé, ya sé: estás “confundido”. Después de un tiempo relativamente largo de relación, no sabes si deseas continuar al lado de tu pareja, ya sea tu novia o tu esposa. La estás haciendo sufrir injustamente, y eso te hace sentir “como tierra”. Empero, no puedes evitarlo: estás “confundido”.

No creas que eres el único. A lo largo de los años, docenas de hombres han pasado por mi oficina con confusiones similares. Por un lado, saben que su novia o su esposa es “oro de la Palestina”, que no se consigue fácilmente. Aman a sus hijos o hijas, si los tienen, Y temen que abandonar a su novia o su esposa sería el error más grande de su vida.

Por otro lado, algo nuevo te atrae. A veces es alguien, con nombre y apellido, quien te tiene “confundido”. En otras ocasiones, no es una persona en específico sino el deseo de experimentar algo nuevo. Sueñas con una mujer que sea distinta, que cambie tu mundo y que sea todo lo que crees tu pareja no es.

La razón no te ayuda. Si te dejas llevar por ella, terminarías de rodillas ante tu novia o ante tu esposa, rogando que te perdone. La razón te dice que estás cometiendo un gran error. El problema es que no quieres hacerle caso. Deseas algo diferente, aunque no sabes exactamente lo que es.

Tu pareja ya lo sabe. De hecho, lo sabe desde mucho antes que se lo dijeras. Ella te conoce mejor que nadie y te sabe distinto. En los pasados meses has dejado de hacer todas las cosas que te hacen bien y te has alejado de todas las personas que te aman. En cambio, has adquirido nuevos hábitos —casi todos malos— y te has rodeado de “amistades” que solo quieren “pasarla bien”.

Tu esposa sabe que has cambiado porque la vida sexual que una vez tuvieron ya no existe. Llegas tarde, borracho y, aunque tú no te das cuenta, con perfume de otra mujer en tu camisa. Cuando tratas de despertar a tu esposa a la una, dos o tres de la mañana, ella te rechaza. Olvidas que ella no quiere ser “plato de segunda mesa”. Además, olvidas que su reloj suena a las 4:30 AM para levantarse a atender los asuntos de la casa y preparar a los chicos que tienen que estar en el cuido a las 6:30  AM o en la escuela a las 7:00 AM. Olvidas que ella tiene que estar en su oficina a las 8:00 AM. Nada de eso importa. Sólo lloriqueas porque tu esposa “ya no te quiere”, ya que “te rechaza” sexualmente.

Eso te hace soñar con una mujer que vaya “a todas”. Que vaya al “pub” contigo y que beba tanto como tú. Una que use ropita de adolescente y que tenga un tatuaje en la espalda baja, al estilo “tramp stamp”. No puedes con una mujer buena, pero sueñas con dominar a una “mala”. ¡Si, Pepe!

Vienes a hablar conmigo, buscando una justificación, pero yo las he escuchado todas: “Ella no me quiere”, “me tiene abandonado”, “nuestra relación se ha convertido en una rutina”, etc. Yo te respondo con una triple pregunta: ¿Ha demostrado tu esposa violencia, infidelidad o adicción? Me miras como si no comprendieras la pregunta. Lo piensas un momento y respondes que tu esposa te trata con amor, que siempre te ha sido fiel y que no tiene malos hábitos o adicciones que afecten a su familia. Mi respuesta no te gusta: “Entonces, ustedes no tienen razón alguna para separarse”.

Sales de mi oficina enojado, ya que querías mi “permiso” para irte de tu hogar. Sin embargo, te vas de todos modos. Te vas por todas las razones equivocadas. Eres tan inocente que piensas que puedes irte a vivir con otra mujer, pero que tu aun esposa te esperará siempre, ya que nunca encontrará otro hombre como tú. Te vas pensando que tendrás “lo mejor de los dos mundos”: sexo con tus nuevas parejas y sexo con tu ex cuando quieras.

Con el tiempo, ya no estarás confundido. Tu relación con tu ex quedará destruida, al igual que la relación con tus hijos e hijas. Con el tiempo, verás que la larga fila de chicas que pensabas que deseaban estar contigo nunca existió. Con el tiempo, te quedarás con la que te aguante, a la que tendrás que aguantarle todos los males que tu esposa nunca te infligió.

Por eso, si estás “confundido”, te aconsejo que abandones las tonterías de nene chiquito y la actitud de bonitillo adolescente. Arranca para tu casa. Pídele perdón a tu esposa y trata de reparar tu relación. No sigas confundido hoy; no termines arrepentido mañana.

¿Qué opina usted? Le invito a compartir su opinión, comentando tanto el contenido de esta columna como los comentarios de otros lectores y de otras lectoras.

El Rev. Dr. Pablo A. Jiménez es el pastor de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en el Barrio Espinosa de Dorado, PR. http://www.drpablojimenez.com y http://www.prediquemos.net

💬Ver comentarios