La extraordinaria carrera que logró Pamela Cartagena en el voleibol colegial con Pittsburg State, de Kansas, de 2006 a 2009, sigue ganٞándole reconocimientos a la jugadora bayamonesa.
El año pasado, Pamela fue exaltada al Salón de la Fama de la universidad, convirtiéndose en la primera voleibolista boricua que alcanza ese honor, y este año, será exaltada el 6 de junio al Salón de la Fama de la Mid-America Intrercollegiate Athletics Association (MIAA), la conferencia de la División II de la NCAA a la cual pertenece Pittsburg State.
“Se suponía que esta exaltación surgiera unos cuatro o cinco años después de la de la universidad, pero mi ‘coach’ de entonces -Ibraheem Subero– me llamó el viernes para decirme que lo habían llamado para anunciarle que me habían seleccionado, de manera que él pudiera avisarme”.
En el caso de la premiación de MIAA, esta incluirá a 10 exatletas y un oficial.

Hay atletas de béisbol, ‘football’, baloncesto, atletismo y campo traviesa, y de ambos sexos.
Pamela es una de las dos voleibolistas seleccionadas, junto Shelly Lowery, quien jugó en 1994-94 con Missouri Western.
Las estadísticas logradas por Pamela como esquina en Pittsburg State hablan por sí solas, tal como informa el comunicado que anunció los premiados.
“Pamela Cartagena finalizó su carrera como la jugadora de voleibol más condecorada de la historia de la universidad. Cartagena fue escogida como All-America de la División II de la NCAA en sus últimos tres años, incluyendo una selección al primer equipo en 2009. También fue escogida para el primer equipo de los honores de la MIAA en sus cuatro años además de ser la Jugadora del Año de la MIAA en 2009. Pamela estableció marcas de su universidad para remates (1,836), ataques (4,809) y sets jugados (500), segunda en ‘digs’ (levantamientos) con 2,259 y quinta en servicios directos (109).

“Yo siempre fui esquina hasta que llegué a jugar en Puerto Rico, donde empezaron a ponerme de libero”, dijo Pamela, de 34 años.
En 2017, fue una figura importante con las Capitalinas de San Juan cuando estas obtuvieron el subcampeonato, “y cuando estuve con Caguas y ganamos el campeonato en 2019, estuve jugando como esquina regular hasta que llegó Pilar (Victoriá, para la serie final)”.
Luego jugó como esquina y libero con las Llaneras de Toa Baja en la abortada temporada de 2020.
En 2021 no jugó cuando ningún equipo la reclamó, pero se mantuvo activa en la Confederación Puertorriqueña de Voleibol (Copuvo) cuando tuvo una actuación sobresaliente, de nuevo como esquina, con las Lancheras de Cataño.
“Quiero seguir activa, pero no pienso en Superior debido a que son muy pocos equipos y hay muchas jugadoras”, dijo, “pero en Copuvo pienso jugar al menos un añito más”.

Entretanto, Pamela, quien trabaja en la industria del mercadeo de temas de salud y bienestar, seguirá bastante ocupada: acaba de abrir su propio gimnasio en Bayamón -PonteFit Studio-, donde ofrece sesiones de entrenamiento personalizado, tanto presencial y ‘online’.
Los interesados pueden separar sus citas tanto en las páginas de Instagram y Facebook del gimnasio, como en la página personalizada de la atleta.
Y fue en su cuenta de Facebook que Pamela expresó mejor lo que siente por el nuevo reconocimiento.
“Sinceramente en mi pecho no cabe tanta felicidad, emoción, orgullo, de todo lo que como atleta hasta el sol de hoy he logrado, y que más de una dècada después de haberme graduado de la Universidad en Kansas, y de haber jugado en una división tán competitiva D2 de la NCAA, me sigan reconociendo porque mis números fueron la prueba y mi talento dejó huellas. Donde la liga ni la universidad podrán tener otra jugadora como esta servidora (palabras de los ‘coaches’ no mias). Fueron muchos años de trabajo, sacrificio, dedicación y disciplina. La estatura no siempre lo es todo, es lo que tú como atleta brindes a la mesa y puedas ser la diferencia. Gracias a Dios por mi brinco, eso sí”.
Pamela mide 5’7”.
La ceremonia de exaltacion será en el Convention Center de Kansas City, en Kansas City, Missouri.

El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad y de la novela El último kamikaze, ganadora del certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2016.
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