¡La empatía de Rosa Elia!
Empatia è una parola bellissima,
significa sentire la felicità e il dolore dell’altro,
sentirlo nella propria carne, nella propria persona…
Roberto Saviano
Originaria de Ceglie Messapica, provincia de Brindisi, en Italia, llegó a Puerto Rico hace 29 años. Su esposo e hijos son puertorriqueños, así que adoptó a la Isla del Encanto, como su segunda patria. Desde el sur borincano, nos ha deleitado con sus hermosos diseños de modas que han recorrido importantes pasarelas. Es Rosa Elia, talentosa de la moda que se describe a ella misma como una persona muy tímida y privada. Sus creaciones, que incluyen las colecciones My Fair Lady, Texturas, Goal, MAISHA, inspirada en África, y Terra Mia, dedicada a su cuna italiana, en conmoración a sus tres décadas de trayectoria en la moda, han recorrido el mundo. Sin embargo, tras la secuencia sísmica que provocó grandes estragos en el área donde reside, desde enero no había podido retomar las labores en su atelier. ¡Hasta ahora, que encendió su máquina de coser por empatía!
Se preocupó al ver lo que pasaba en su natal Italia con la proliferación rápida del coronavirus (COVID-19) y las condiciones del personal de salud, que no contaba con el equipo de protección necesario para enfrentar la avalancha de casos reportados.
“Lo sufrí de una forma bien fuerte porque es mi país, allí está mi familia y comencé a ver la muerte, el efecto sobre los hospitales y fue muy duro. Me conmovió mucho el corazón, hasta el llanto, cuando vi vídeos de médicos y enfermeros que no tenían mascarillas, ni equipo de protección y estaban pidiendo a las costureras que las hicieran en tela. Eso despertó en mí la preocupación de que, si estaba pasando en esos lugares, en algún momento pasaría aquí. Entonces, pensé: ‘no puedo hacerlo para mi país, pero para Puerto Rico sí. Fui a mi taller, y separé todo el material que podía servir, de acuerdo a la información que había recopilado. Gracias a Dios, tenía bastante. Así inicié la producción de mascarillas y luego a repartirlas a personal de hospitales”, relató Rosa Elia a Entorno Emocional.
“Me di cuenta que el sector de salud estaba bien expuesto, así que decidí dedicarme exclusivamente a ellos. Muchos me preguntan por qué no venderlas si, al fin de cuentas, es mi trabajo. Tenía esas opciones, pero opté por regalarlas a las personas que lo necesitaban porque me enseñaron que el camino más fácil, no necesariamente es el correcto. Mi conciencia decía que debía dedicarme a los profesionales de servicio de salud y no podía cobrarles, ya que estaban trabajando para salvar vidas”, puntualizó.
En un principio, realizó su acto solidario en silencio porque aprendió que “cuando se ayuda, se hace en privado”. No contaba con que las entidades, al recibir su desprendido regalo, inmediatamente le agradecerían a través de las redes, por lo que trascendió públicamente. Fue así que el proyecto se dio a conocer y ocurrió justo a tiempo, porque ya la materia prima de su taller comenzaba a agotarse. Precisamente, algunas de esas telas las adquirió en Italia para lo que sería su próxima colección.
“El material se me estaba acabando y yo veía la lista bien larga, y ahí fue cuando, por primera vez en mi vida, hice un Facebook Live para explicar a mis amistades lo que estaba haciendo y la ayuda que necesitaba para poder seguir. Fui muy bendecida porque la respuesta fue inmediata. Comenzaron a llegar las telas y los elásticos. No puedo describir el agradecimiento que siento de tanta gente que está confiando en mí y me sigue apoyando. Algo pequeñito se ha convertido en algo tan grande”, narró con voz entrecortada, al explicar la emoción que le provoca el respaldo recibido y el impacto que ha tenido el proyecto.
Desde el 22 de marzo, fecha en la que comenzó la iniciativa solidaria, la diseñadora italiana radicada en Yauco, Puerto Rico, ha producido más de dos mil mascarillas que ha donado a hospitales, centros de diálisis y de manejo de pacientes de cáncer, ambulancias, centros de diagnóstico y tratamiento, así como a las áreas médicas de algunas correccionales.
Sus lágrimas de emoción han sido constantes. Una de esas ocasiones fue cuando vio a su cartero, sin mascarilla. “Fue instintivo, salir y preguntarle si no tenía. Al confirmar que no, tomé unas cuantas de las que estaban listas y se las entregué. Él lloró y yo también”.
“Las vidas que hemos alcanzado con esto; es algo hermoso. Hasta ahora no soy yo, son todos los que han creído en lo que estoy haciendo. Mientras Dios me dé salud, voy a seguir haciendo las mascarillas para que lleguen a los que necesiten. Es un ejemplo de solidaridad, de cómo cuando muchas personas se unen pueden hacer más, yo sola no hubiese podido hacerlo”, explicó llorosa la talentosa artista de la moda, quien luego de tener tres meses apagadas sus máquinas de coser, las encendió para servir.
Bien lo describe el escritor y cineasta italiano Roberto Saviano: “la empatía es una palabra hermosa, significa sentir la felicidad y el dolor del otro en tu propia piel, en tu propia persona”. Anteriormente, en este blog, les planteaba la importancia de ajustarnos a nuestro sombrero empático para ampliar nuestra mirada y tratar de ver cómo los demás ven y sienten las situaciones.
Todos los modelos de inteligencia emocional, ubican la empatía en un rol principal. Como lo describe el doctor Daniel Goleman, se trata de “percibir los sentimientos y perspectivas ajenas e interesarse activamente en sus preocupaciones”.
¡Gracias Rosa Elia! Grazie per la tu empatia! ¡Gracias a todos los que han colaborado para apoyar a los trabajadores de primera línea. ¡Los diseñadores y las costureras con sus mascarillas solidarias; los estudiantes, exalumnos y profesores del Recinto Universitario de Mayagüez con los escudos faciales; los ingenieros con sus diseños de ventiladores; y todos los que apoyan estas iniciativas: ¡gracias por su empatía!
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