Era una estudiante muy aplicada y una joven enfocada en sus metas. Por eso obtuvo, con honores, un doble bachillerato en Administración de Empresas en las concentraciones de Mercado y Gerencia de Recursos Humanos. Además, representó los colores de su Universidad, ya que era atleta de pista y campo. Más adelante, obtuvo una maestría también en Administración de Empresas (MBA) y el Juris Doctor al concluir la escuela de leyes. Pasó la revalida, por lo que comenzó a trabajar con un prestigioso bufete de abogados. Desde su adolescencia estuvo involucrada en concursos de belleza, hasta que en el 2019, fue coronada Miss USA. Eso le abrió las puertas para trabajar en televisión como corresponsal de un importante medio.
Era una joven brillante, multitalentosa, hermosa, atlética y exitosa. Sin embargo, se sentía triste, aunque ante la cámaras sonreía; estaba desesperanzada, no obstante había cumplido metas muy importantes y tenía la capacidad intelectual de lograr muchas más; y se sentía sola, aunque sus familiares siempre estuvieron pendientes de ella.
El 30 de enero de este año, Cheslie Kryst, de 30 años, se suicidó al tirarse del edificio multipisos donde residía en Nueva York. Le dejó a su mamá April Simkins, un mensaje de despedida que en parte decía: “Desearía poder quedarme contigo, pero no puedo soportar más el peso aplastante de la tristeza persistente, la desesperanza y la soledad”.
Su progenitora indicó en una entrevista con Red Table Talk, que la joven sufría de “depresión funcional” y que había intentado suicidarse anteriormente. Según el Manual de Diagnóstico y Estadísticos de Trastornos Mentales (DSM-5), se trata del Trastorno depresivo persistente (distimia). Según lo describe el Mayo Clinic se caracteriza por ser “una forma de depresión continua y a largo plazo (crónica). Es posible que pierdas interés en las actividades normales de la vida cotidiana, que te sientas desesperanzado, que te vuelvas improductivo y que tengas baja autoestima y una sensación general de ineptitud”.
Son muchos los factores que pueden influir en la decisión de una persona de suicidarse. Sin embargo, el más común es la depresión, ese dolor emocional inmenso y desesperanza, que hacen que las personas vean que no hay otra forma de aliviar su dolor, que privarse de su vida.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que 703 mil personas al año se quitan la vida en todo el mundo. Afirman que por cada suicidio, es probable que otras 20 personas intenten suicidarse y muchas más tengan pensamientos suicidas serios.
Por ese motivo, la OMS y la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, han designado hoy 10 de septiembre como el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Bajo el lema Creando esperanza a través de la acción, se busca un espacio para crear conciencia sobre este tema para enfatizar en la prevención.
“Podemos indicarles a las personas que experimentan pensamientos suicidas que hay esperanza y que nos preocupamos y queremos apoyarlos. Nuestras acciones, sin importar cuán grandes o pequeñas sean, pueden brindar esperanza a quienes están luchando”, afirma la OMS.
Si eres un familiar o amigo de una persona que te ha mencionado el suicidio, inmediatamente ofrécele tu oído empático. No evites la conversación. No tomes livianamente lo que te expresa, tampoco lo juzgues. No dejes a la persona sola y pregúntale directamente qué le sucede. Sé el recipiente de sus contestaciones e inquietudes. Dicen los expertos de Mayo Clinic que “preguntar sobre los pensamientos suicidas no induce a nadie a tomar ninguna acción autodestructiva, sino que le ofrece la oportunidad de hablar acerca de sus sentimientos y eso puede reducir el riesgo de que haga realidad los pensamientos suicidas”. A esta acción a mí me gusta llamarle, ponerse el sombrero empático, y es que considero que abarca más que la metáfora tradicional de ponerse en el zapato de otros. Al ubicarte el sombrero de otro, tratas de ver el mundo cómo ellos lo ven. Y esa es la práctica más noble de la inteligencia emocional, antes de emitir juicios, tratar de entender a los demás con sus momentos de claridad, los tenebrosos y todos los matices de grises.
Si el suicidio está en tu mente: ¡HOY es un día para declarar esperanzas! Desde mi abrazo solidario, comprendo que entiendas que esa situación que experimentas no pudiese tener solución, en este momento. ¡Te ruego que te aferres a las hilachas! Busca ayuda profesional, consejería o ayuda espiritual. ¡No te rindas! Eres una persona valiosa, talentosa y con un potencial maravilloso. ¡Aférrate a la luz, aunque sea tenue! Aunque al mirarte al espejo, es posible que, en este instante, no reconozcas el amor propio; te aseguro que más adelante descubrirás una o muchas posibilidades en tu vida. Estoy segura que personas cercanas a ti te ven con amor, con empatía y tienen la disponibilidad de ayudarte. Si esa persona llega a tu mente ahora mismo. ¡Llámala y conversa sobre cómo te sientes! También puedes comunicarte con la Línea PAS al 1-800-981-0023. Está disponible en todo momento con profesionales dispuestos a escucharte y ayudarte. Te suplico que reconsideres esos pensamientos suicidas y que dentro de la desesperanza, te agarres de la esperanza.
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