Frío y caliente
No hace mucho, una amable lectora me escribió para quejarse de que acababa de romper con un pretendiente que sencillamente no sabía si debía peinarse o hacerse rolos. En sentido figurado, por supuesto. Es decir, según me relató ella, aunque la relación ya se había extendido por bastantes meses, el amigo seguía dándole una sorpresa tras otra. Por ejemplo, el hombre podía pasarse varios días perdido, sin dignarse siquiera a contestarle sus mensajes de texto, y de buenas a … Ver más ➡