Síndrome del Apuro
Hay conductores de automóviles los cuales no hace nada mas que cambiar la luz del semáforo, ya están tocando bocina. Otros no se percatan cuando una persona con dificultad para moverse al bajar del carro está en el proceso, y casi te tiran el carro encima. Si uno protesta, como hizo Olga, le dicen “refunfoña”. Con el menor disimulo hay quienes hacen “cortes de pastelillo” en calle y carreteras, mujeres y hombres, algunos con el celular al oído, porque son esclavos del ese útil instrumento de comunicación
El Síndrome del Apuro se ha apoderado de miles de personas en e Puerto Rico de hoy. Siempre con apuro, la mayoría de las veces sin causa justificada. Hay los extremos, aquellos que corren por la Autopista como si estuvieran en un funeral, algunos son personas mayores de edad y otros con problemas de visión. Hay quien estando medicado y con la advertencia de no conducir, lo hacen, poniendo en riesgo su Vida y la de los demás.
De enero a marzo del 2018 son muchos los Accidentes en nuestras carreteras, algunos con un fatal desenlace. Se nos van personas de todas las edades. La imprudencia de muchos al conducir ha traído Luto a muchos hogares. Las pérdidas económicas son altas. El dolor familiar abunda. La tristeza se apodera en la Vida del los perjudicados.
El estado crítico de las carreteras, la yerba abundante en los márgenes de las carreteras, la ausencia de rótulos, la falta de alumbrado, son factores que abonan a que haya tantos Accidentes, muchos de ellos, fatales.
Acá en Puerto Rico son muchas las personas que no saben planificar el tiempo y las tareas a llevar a cabo, esa carencia de conocimiento para planificar, les lleva al Síndrome del Apuro. Al estar apurados corren a grandes velocidades y no practican las reglas de seguridad elementales.
Una de las causas de Accidentes fatales han sido cuando el conductor se queda dormido. Uno tiene que detectar cuando es que Morfeo se acerca a nuestro cerebro, lo más sabio es detenerse o pasar la llave a quien esté más despierto. Viniendo de San Juan para Yauco he detenido la marcha y entrado a Caguas, donde tenía un familiar y dormía media hora, luego me tomaba un café y seguía el viaje.
Con voluted y anticipando lo que podría ocurrir, hemos de vencer el Síndrome del Apuro… evitemos muchos lamentos y penas.
Prof. José Antonio Giovannetti Román