A b u e l o s, gracias!
Al Rescate de la Esperanza, que Anda Realenga… y hay que Atraparla
No escuché ni leí nada al respecdto, el pasado domingo 12 de septiembre fue el Día Nacional del Abuelo. Pasó inadvertido para muchos. Porque son muchos los que tienen mala memoria. Hoy jueves, debido a muchas Tareas en la semana y algunos contratiempos, en torno a esa fecha, me percaté. El segundo lunes de septiembre fue el Día Nacional en Puerto Rico de los Abuelos. Eso incluye ambos sexos y a los bisbuelos y tatarabuelos. Hasta el sábado pues, es la Semana del Abuelo. Están a tiempo para ofrecer algún Regalo a los buenos y sabios Abuelos.
“El abuelo un día
cuando era muy joven
allá en su Galicia,
miró el horizonte
y pensó que otra senda
tal vez existía.
Y al viento del norte
que era un viejo amigo,
le habló de su prisa,
le mostró sus manos
que mansas y fuertes,
estaban vacías,
y el viento le dijo:
“”Construye tu vida
detrás de los mares,
allende Galicia”.
Son muchos los Abuel0s que han asumido el rol de Padres, han criado, han cuidado a sus nietos y nietas. Son muchos los que de su pecunio han sabido pagar Estudios y cubrir muchos gastos. En ocasiones por la ausencia de el padre, la madre, o ambos. Por diversas razones han habido ausencias inesperadas. Los Abuelos han dicho presente. Han hecho presencia en diversas maneras.
“Mi abuelo decía que lo importante era siempre saber a dónde se quería llegar, que una vez sabiendo eso todo lo demás se iría resolviendo.”
Prof. José Antonio Giovannetti Román
Con su lento caminar, el bastón con compañia y una mochila imaginaria de recuerdos, transita el Abuelo en busca de la Esperanza Realenga. Se propone alcanzarla y seguir trazando nuevos caminos por los viejos senderos, aunque a veces, los años pesen y la soledad venga a hacer compañía indeseada. Hoy, aunque tardiamente, Aplaudo a los Abuelos de Borinquen, hubiese querido conocer los mios, no tuve ese privilegio.
Reciban mi Reconocimiento y un abrazo solidario, por ser tan buena gente. Pudiera haber quien no les tenga en cuenta, los que se olvidan, los que no oyen consejos, los que no reconocen vuestro valor como seres humanos con experiencia.
Que anda solo y esperando
Tiene la tristeza larga
De tanto venir andando
Pero somos tan distintos
Es que creció con el siglo
Con tranvia y vino tinto
Ahora ya camina lerdo
Yo soy tu sangre, mi viejo
Soy tu silencio y tu tiempo”