En un Pesebre de pajas
Al Rescate de la Esperanza, que Anda Realenga… y hay que Atraparla
6 “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre: Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
Del portal sale una llama
Es una estrella del cielo
Que ha caído entre las pajas
Que llega de Yauco aquí
Y a mi Niño Dios le traigo
Un gallo qui-qui-ri-quí”
En la Ciudad del Pan, Belén de Judea, se estaba llevando a cabo un Censo. Para cumplir con su deber, María y José se acercaron desde la lejanía para empadronarse. Fue un largo Viaje. María estaba embarazada. Buscaron un Mesón para pasar la noche, pero: “No hubo lugar en el Mesón”. Siguieron su camino, ya fatigados por el cansancio debido al largo Viaje y tocaron a la puerta de un Pastor de Ovejas, quien le ofreció un espacio en el Pesebre donde se almacenaba la paja para las ovejas. Allí iban a pasar la noche luego de haberse cerrado puertas en otros lugares.
Y San José, no me deja
Dice que te haré llorar,
Fragmento El tamborilero
“El camino que lleva a Belén
Baja hasta el valle que la nieve cubrió
Los pastorcillos quieren ver a su rey
Le traen regalos en su humilde zurrón
Ropoponpon, ropoponpon
Ha nacido en un portal de Belén
El niño Dios
Yo quisiera poner a tus pies
Algún presente que te agrade, Señor
Mas tú ya sabes que soy pobre también
Y no poseo más que un viejo tambor
Ropoponpon, ropoponponpon
En tu honor frente al portal tocaré
Con mi tambor”
Poco a poco se fue regando las voz de aquel Suceso. Había animales cercanos que pastaban y cerca del Niño, la mula y el buey hacían presencia. La Estrella hermosa posó su luz sobre aquel lugar y sirvió de Guía a las personas de Pueblos cercanos. Fueron muchos los que se acercaron al lugar iluminado. El asombro se notaba en sus rostros. Al principio no entendían aquel Suceso. Se rumora que Juan el Verdulero vino de la montaña y le trajo viandas frescas de la montaña,
Que vengo de la montaña
Y te traigo viandas buenas
Desde mi humilde cabaña
Todos le ofrecen un don
Yo como no tengo nada
Le ofrezco mi corazón”
Dejándose llevar por la Estrella, unos Reyes Magos iniciaron su travesía, querian adorarle, presentarle sus respetos. Oro, incienso y mirra, como presentes, trajeron de tierras lejanas. Según el Niño del viejo tambor y Juan el Verdulero, trajeron sus presentes, desde Oriente llegaron unos Regalos simbólicos para el Niño Rey. “Yo como no tengo nada, le ofrezco mi corazón”, dijo uno de los niños presentes.
“De tierra lejana venimos a verte,
Nos sirve de guía la estrella de Oriente.
Oh brillante estrella que anuncias la aurora
No nos falte nunca tu luz bienhechora.
Gloria en las alturas al Hijo de Dios,
Gloria en las alturas y en la tierra amor.”
Cada Año recordamos aquel Suceso de la Tierra del Pan. Fue un Suceso que marcó un momento en la Vida de muchos. Las Promesas, de muchos años antes, se habían cumplido, para el bien de la humanidad. En la historia del Pesebre hay datos que pudieran variar, dependiendo de la perspectiva de cada cual, lo que es innegable, fue su Nacimiento. Navidad es Nacimiento, es recatar, en alguna manera, la esperanza, que la humildad trae consecuencias positivas y que cuando se cierra la puerta de un Mesón, se abren otras puertas, como en la Vida.
Pronto celebramos Nochebuena y luego Navidad, aparte de la buena comida y los Regalos materiales con colores vistosos, aparte de las luces y la música, debiera haber en cada uno de nosotros un nuevo nacimiento, con una mochila llena del nuevas actitudes en el camino y en la existencia, que podamos hacer de la concordia y paz, un Estilo de Vida, tengamos una Vida con propósito.
Una nueva página, con mayor respeto a la Vida propia y ajena. Tendamos la mirada hacia el pesebre de pajas y observemos las enseñanzas que emanan del mismo, a lo mejor, seremos mejores seres humanos y la convivencia social sería de mejor calidad.
Prof. José Antonio Giovannetti Román (Abuelo Juancho) 787 856 1610 787 644 8818
@AntonioGiovan13 en Twitter
Las Caras de una Ciudad, Yauco en Youtube
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