Algún día…
Al Rescate de la Esperanza, que Anda Realenga… y hay que Atraparla
“Si pudiéramos saber dónde y cuándo nos volveremos a reencontrar, seriamos mas tiernos con nuestros amigos al despedirnos”
(Ouida)
Tal vez, algún día nos veremos en la esquina, pudiera ser que no te reconozca. Escucharé una voz la cual me pareció conocida y seguiste tu camino. Me asomé por la ventana y observé que el día estaba radiante, había amanecido. Opté por no escuchar las malas noticias de casi siempre. Intenté poner en orden algunos de mis muchos papeles. Vinieron recuerdos a mi mente. Sentí nostalgia. Hubiera querido saber de la Vida de algunos de los de ayer, los que se fueron en busca de nuevas estrellas, nuevos horizontes. He sabido de algunos fallecimientos y otros enfermos. En el recuerdo capté imágenes de algunos rostros, algunos decires, unas carcajadas, una expresiones particulares… memorias.
“Sentado en el rincón de mi dulce hogar,
solo pienso en silencio: Los planes, las ideas…
por los días que pronto han de pasar
Y los recuerdos: los otoños y las primaveras.
Solo observo el calendario: los días ya pasaron.
de pronto aquel recuerdo, como barco a la deriva,
de mis grandes amigos que me enseñaron
lo valioso de la amistad y de su estima.”
fragmento
Han sido dos semanas muy difíciles, distintas circunstancias que prefiero no mencionar. Escollos en el camino, incumplimiento de algunos, olvidos de otros, eventos inesperados, reacciones negativas, no empece, sigo en el camino, por el que tal vez tu anduviste, con escollos y malezas, con discordias e imprevistos negativos. No es fácil el vivir en la Vida terrenal, no obstante, me place grandemente estar vivo, aunque hay una ensarta de Situaciones, como dije previamente en el escrito de hoy, de la que quitan la paz y hace que se aleje la alegría.
Dentro del Panorama antes expuesto, al no quedarme en Casa, salí a otros rumbos en gestiones necesarias, me topé con gente amable y gentiles. Necesitaba un artículo en una Tienda y un desconocido se ofreció a buscarlo, fue y me lo trajo, sin yo conocerlo ni el conocerme, era un Agrónomo el cual tenía también otra preparacíón que no recuerdo. En el Camino, los vaivenes de la Vida se pueden sobrellevar cuando le damos espacio al temple y a la espera por cosas mejores. Estoy príxuo a cumplir dos Metas, es un secreto, les informaré luego. No permitiré que losobsteaculos me atrasen en el empeño que he puesto en lograrlas. Cuando algunos pocos o han crecido en mi, yo he creído en mi.
Te sigo esperando en la esquina, o en la Cafetería de siempre, cuídate!
Me invitaron a sentarme en una mesa de la Cafetería no acostumbrada y una persona me dijo: “Es posible que usted tenía que venir aquí, porque lo estamos pasando mal”, no le hice preguntas, le ofrecí algunos consejos y remedios. Leí en sus ojos una pena antigua que estaba presente, los ancianos y maestros tenemos cierta intuición. Me despedí luego de haber tenido otros encuentros fortuitos con desconocidos. Creo haber satisfecho algunas necesidades, de esas que no se encuentran en las Tiendas, ni en la Cafetería. Creo haber conversado con más de 20 personas, soy así, un hablador.
“Algunas veces debes alejarte de las circunstancias para poder analizarlas con claridad.”
Por un momento me olvidé de mis Situaciones y aporté a la Vida de otros, eso me satisface. Ya les conté de los buenos Samaritanos que me trajeron unas hermosas viandas y frutas, como obsequio, pude hasta compartir parte del Cargamento, porque quien da, recibe. En tiempos y momentos difíciles trato de conservar la calma, hago silencios, reflexiono y poco a poco aparecen respuestas necesarias y adecuadas para cada Situación, antes, en la Juventud, me desesperaba y eso nubla el entendimiento.
Prof. José Antonio Giovannetti Román (Abuelo Juancho) 787 856 1619 787 644 8818
“TE DESEO”
“Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes sean valientes y fieles,
y que por lo menos haya uno en quien confiar sin dudar.”
Victor Hugo
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