Petición del Cristo
“¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has desamparado?”
Pudiera parecernos raro esta expresión del Cristo. Tal vez quiso dejar patente que Él se hizo hombre para darnos ejemplo de haber sentido lo mismo que nosotros, en algún momento hemos sentido: dolor, ansiedad, calor, tortura mental, incapacidad.
Los Eventos de la Cruz tienen que conmovernos de manera tal que aprendamos lecciones nuevas de Vida. La Religiosidad no salva. Asistir a un Templo, no nos hace necesariamente dignos de la Corona de la Vida, leer la Biblia, no nos libra de las caídas. Vivir de acuerdo a los Mandamientos, nos acerca a la bendición.
Con los clavos en las manos y en los pies, con la corona de espinas, ante un sol candente, deshidratado… aquel joven de 33 años también sintió necesidad de clamar, un clamor, tal vez, desgarrador. El sacrificio de Jesús en la Cruz del Calvario marcó una nueva etapa en la historia de la humanidad, por su Gracia y no por la Ley, somos salvos y sanos.
ANTE LA CRUZ
Ante la cruz me llamas
en tu agonía.
Ante la cruz me llamas.
Y he aquí que tropiezo
con las palabras.
Porque si dices ante
¿no me pides, Señor,
sino que mire
frente a frente la cruz
y que la abrace?
Si te miro, Señor,
y Tú me miras,
es un horno de amor
lo que en ti veo,
y lo que veo en mí,
Señor, no es nada,
nada, nada, Señor,
sino silencio.
Mercedes Marcos Sánchez
En las calles de Puerto Rico hay muchos desamparados. Existen personas en nuestros campos cuya compañía pudiera ser un perro o un gato, aún teniendo familia de sangre. La soledad mata. Los Reporteros de Noticias se enteran más rápido de las condiciones infrahumanas en la que viven algunos puertorriqueños, antes que las Agencias de Gobierno concernidas. Individuos, a veces en el anonimato, y Empresas Privadas, han dado la mano para satisfacer necesidades a: ancianos que viven solos, deambulares o personas incapacitadas., (con limitaciones de visión o movilidad)
“Rara vez os acercáis a un pobre para saber de su misma boca la causa de su miseria… ni para observar qué clase de miseria le aqueja, pues hay algunas tan extraordinarias, que no se alivian con la fácil limosna del ochavo… ni tampoco con el mendrugo de pan….”
El Padre Celestial no desamparó a Jesús en la Vida terrenal ni en los momentos de angustia en el Gólgota cruel. Tampoco ha desamparado a Borinquen, ni a Guánica, Yauco y Guayanilla. “El que habita al Abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente” Las réplicas han de cesar, tenemos que con insistencia comunicarnos con lo Alto, por el Amparo y bendición, para que nos cuide en hueco de Su mano… y nos perdone!
Prof. José Antonio Giovannetti Román 787 644 8818
@AntonioGiovan13 en Twitter
Tony1943able en Youtube (Video Motivacional, Grabado en el Viejo San Juan)
Aldo Rivera (Artista del lente, AMPR)
Al Rescate de la Esperanza que Anda Realenga… y hay que Atraparla