Amabilidad y gentileza
Me encontré con un Cardiólogo y su esposa en un Centro Comercial, estaban con su hijo e hija, un cuarteto de gente amable y simpática. A la distancia me reconocieron y me saludaron. Me invitaron a sentarme en su mesa de la Cafetería, conversamos. Me contaron de los logros académicos de sus hijos… porque en Puerto Rico y fuera de Puerto Rico, hay jóvenes que marcan la diferencia, y eso no sale en las primeras planas de los periódicos, a veces pasa inadvertido. El médico en cuestión ha inspeccionado la ingeniería de mi corazón en varias ocasiones, su trato siempre ha sido pausado y amable. Su secretaria es un fosforito, muy hábil y hacendosa, fue mi estudiante, al igual que su esposo.
“La amabilidad es como una almohadilla, que aunque no tenga nada por dentro, por lo menos amortigua los embates de la vida.”
Arthur Schopenhauer (1788-1860) Filósofo alemán.
En ese mismo Centro Comercial se me acerca una dama, la cual caminaba con dificultad. Me dijo: “Vi a un señor tan guapo que quise acercarme y conocerlo”, ella no tenía espejuelos puestos. Me contó de sus problemas de neuropatía diabética y le ofrecí algunos de los Consejos de mi librito, me lo compró y antes de irse me ofreció un beso. Ella era una desconocida. Su gentileza la tienen muchas personas en Puerto Rico.
“Yo siempre digo que es mejor pecar de amabilidad. Ese es el secreto. Si no sabes qué hacer, pues sé amable.”
R. J. Palacio Mundifrases.com
Es mismo día fui a otro Centro Comercial, pregunté a un empleado cómo se decía en inglés un tipo de pescado que deseaba, el empleado no sabía y tampoco mostró interés en ayudarme. Se lo dije a un Supervisora presente y apareció otro empleado, el cual me reconoció, era de mi Pueblo, ambos a dos me ayudaron a dar con el pescado de chillo y mero que interesaba adquirir.
“El pez Grouper o Mero, que es un predador natural conocido del pez león, será parte del control natural.”
Visité el tercer Centro Comercial para buscar unas galletitas de higo que tienen bueberry y me gustan, son nutritivas, bajas en azúcar. Una vez las adquirí fuí por primera vez al sistema de Registradoras que no tienen empleado, solicité ayuda a una empleada, lo hizo con poca ganas y me dejó solo, una compradora me ayudó a finalizar la transacción. Hay empleados que no recuerdan que nosotros dependemos de ellos, pero ellos dependen de nosotros para que tengan un trabajo. Se lo informé a una Supervisora cercana. Los Clientes nos merecemos buen trato… y así es la Vida, en un mismo día uno se encuentra con gente amable y con gentileza y alguno que otro, cuyos problemas personales se los traen al trabajo, la persona aludida lucía desencajada, triste.
Al fin de la Jornada en Ponce regresé a Yauco, no sin antes transcurrir por calles llenas de hoyos, con ausencia de líneas divisorias o marginales y falta de alumbrado uniforme,… la Vida continua.
Prof. José Antonio Giovannetti Román
@AntonioGiovan13 en Twitter
Tony1943able en Youtube