Piruetas en el trapecio de la imaginación
“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro”.
El poeta español don Juan Ramón Jiménez escribió un libro dedicado a un burro. Con su prosa poética nos presenta el personaje principal de su Obra, al burro, el cual llamó Platero, el libro Platero y yo. Con este hermoso libro ganó el Premio Nobel de Literatura. Tuvimos el privilegio de tenerlo en la Universidad de Puerto Rico en Rio Piedras por Invitación de don Jaime Benítez.
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña…; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra. Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo…
Juan Ramón en su imaginación literaria pasea con el burro, hace unas hermosas descripciones del mismo y nos induce a verlo en su caminar por veredas y caminos.
Tuve el privilegio, como lo había dicho anteriormente, de interpretar al poeta en una Producción del Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico, bajo la dirección de Maricusa Ornés, Profesora de Dicción y Elocución.
Prosa Poética: “Se distingue del poema por estar escrita en prosa y del cuento o del relato porque su finalidad no es específicamente narrar hechos sino transmitir sentimientos, sensaciones e impresiones”.
La prosa y la poesía nos mueven a sentir emociones, reflexionar sobre variedad de temas y darle alimento al corazón y la mente. La lengua castellana nos permite viajar imaginariamente por distintos Mundos y sentir emociones, a veces inexplicables. Relacionar al educando con las bellas letras, es hacerlos ser más sensibles ante la naturaleza, la mujer y el hombre. Esa sensibilidad se traduce en mayor respeto y en voluntad para hacer el bien y alejarnos de lo mezquino.
Con el idioma podemos hacer piruetas en sueños en los cuales los malabares nos permiten danzar en el trapecio de la imaginación.
“Mira, Platero, qué de rosas caen por todas partes: rosas azules, rosas blancas, sin color… Diríase que el cielo se deshace en rosas. Mira cómo se me llenan de rosas la frente, los hombros, las manos… ¿Qué haré yo con tantas rosas”?
En Platero y yo, Juan Ramón hace una hermosa descripción del Atardecer, en su prosa “Angelus”. Cuando lo declamaba. sentía un torrente de hermosas emociones dentro de mi, en mi imaginación veía el atardecer que Juan Ramón mostraba a su burro Platero.
Hay expresiones humana las cuales nos permiten ser más sensible ante lo que nos rodea, ser mejores seres humanos, más gente.
Prof. José Antonio Giovannetti Román
@AntonioGiovan13
Al Rescate de la Esperanza, que anda realenga… y hay que atraparla