Don Jaime Benítez,quien fuera Rector y Presidente de la UPR, tenía como máxima prioridad, que la Universidad tuviera un enfoque humanista, en el proceso enseñanza aprendizaje. Invitó a educadores extranjeros para ser parte de ese proceso, basta mencionar al poeta don Juan Ramón Jiménez, autor de Platero y yo.

Gustaba don Jaime caminar por la Universidad y de vez en cuando, interactuar con el estudiantado. Su residencia estaba ubicada  en los predios de la Universidad.

El Programa Cultural, dirigido por don Alfredo Matilla, era uno de excelencia. El Centro de Estudiantes también tenía, en mi época, un variado Programa de Actividades conducentes a dar alegría sana y relacionar al educando con distintas manisfestaciones del Arte, porque como dijo un gran pensador, “El arte ennoblece el alma”.

En el Teatro Paradise de Rio Piedras, se presentaban Películas extranjeras, las cuales el Cine Comercial no traía, había tandas corridas para que el estudiantado pudiera asistir en sus horas libres de Clases.

Todos los esfuerzos mencionados, aspiraban al desarrollo óptimo e integral del educando. Se aspiraba desarrollar seres humanos sensibles: ante la belleza, la creatividad y el pensamiento.

Un estudiante educado integralmente con la dimensión humanística como prioridad: es respetuoso, considerado, amable y tiene temple.

El objetivo de don Jaime Benítez, aparentemente, se ha esfumado. Aun cuando no tenemos los elementos de juicio para juzgar a nadie, el desastre encontrado en la UPR de Rio Piedras, al abrirse los Portones, es preocupante, da dolor, frustración.

Soy producto de la UPR de Rio Piedras, viajaba sobre 3 horas por La Piquiña, velando pon, lo que me daba mi padre, era para una merienda en el Centro de Estudiantes.

Mi bachillerato requería 135 Créditos, terminé con 156, en Drama, Estudios Hispánicos y Pedagogía, nunca tuve 3.00 de Promedio. Logré muchos de mis sueños: actor, mimo, declamador, director teatral, maestro Artes Teatrales, escritor, locutor, conferenciante motivador y educativo.

Mi promedio mayor como educando fue de 2.89, sin embargo, ello no evitó que fuera un triunfador en las distintas esferas en que me he ocupado.

Siento dolor, pena y preocupación; por el lúgubre panorama observado en mi Alma Mater, una vez se abrieron los Portones. No es fácil identificar a los culpables… espero que la conciencia, les mortifique, sean quienes hayan sido o permitido.

Prof. José Antonio Giovannetti Román