Mamita
Mi hermana Gladys, ya fallecida, le decía Mamita a mi mamá siempre. Los empleados de la Tienda donde trabajaba se contagiaron y también le decían, Mamita. Algunos nietos le llamaban Mamá Toya. Su nombre era Victoria.
Nacida en le barrio Boca de Guayanilla, quedó huérfana los 3 años. No hay tan solo un retrato de mi abuela materna. Desde pequeña supo lo que era trabajar. Solamente pudo estudiar hasta tercer grado, sin embargo, en matemáticas de cabeza, se las sabía todas. Su papá don José Román Irizarry tenía una Fonda donde ella desde muy pequeña colaboraba en las tareas de ese gran Comedor para los Cortadores de Caña.
Mamita luego de casada y tener hijos hizo distintos Oficios, era Repostera de pasta de mangó, mi papá le preparó los moldes donde se vertía la pasta en papel encerado, se vendían a peseta. Hacía cristal de guayaba y pasta de guayaba, dulce de grosella, esos últimos eran para el consumo de la casa y para compartir con algunos familiares o amigos vecinos. Con la nata que acumulaba de la leche no pasteurizada, hacía mantequilla de nata. También pude probar los sorullos de harina de maíz hecho en el fogón de carbón.
Tengo gratos recuerdos de aquella casa de madera amarilla con ventanas de madera que abrían hacia afuera, la Cisterna de agua en el patio, el Garage, la carbonera, los palos de quenepas, guayabas pera y de las rojas, jobos de la India… y hasta un palo de achiote. Eramos 9, 4 varones, 3 hembras y papi y Mamita. Mi papá le pagaba a los Cortadores de caña de la Central San Francisco, vivíamos justo a lado de la misma, una hilera de 7 casas
Mamita fue Quincallera, un caballero le traía Mercancía, yo le ayudaba a cargar la caja donde llevaba lencería: refajos, enaguas, panties. Algunas de las tallas del las damas me las sabía de memoria.
Fue una mujer emprendedora. Cuando mi papá adquirió en Yauco el Tastee Frezze, donde se producía y vendía helado, ella dió el frente y fue añadiendo otros productos, mis hermanas y hermanos también fueron participantes de esa experiencia de trabajo, con la inspiración de ella.
Muchos años ha, hizo mutis en el escenario de la Vida, la cual vivió a plenitud y pudo enriquecer la Vida de muchos. Amiga de todos. Servicial y amorosa. Simpática.
Todavía su presencia me hace falta. A veces, a pesar de lo mucho que hicimos juntos, me recrimino, porque tal vez, pude haberle dado más de mi tiempo. En el recuerdo hay memorias imborrables de Actos de amor y generosidad de Mamita. “Ella era, como la madre de la calle” dijo en una ocasión, una vecina… por ser tan buena.
A una semana del Día de las Madres, mi Tributo a Mamita, doña Victoria Román Rodríguez vda. de Giovannetti.
Prof. José Antonio Giovannetti Román
@AntonioGiovan13
Al Rescate de la Esperanza, que anda retenga… y hay que atraparla