Siento pasión por la enseñanza
Los Maestros de Educación Especial, son Especiales. Cada niño con una condición mental o física, son un Mundo. Trabajar en Grupo y a la vez individualizar de acuerdo a las necesidades de cada educando, no es fácil. Hay Maestros de Educación Especial los cuales tienen Ayudantes, otros no, o dependen de la colaboración de padres o personas de la Comunidad prestos a servir.
Tratar a los niños con condiciones especiales tiene que ser un trabajo integrado, donde la nutrición, atención de los padres y condiciones óptimas del Salón, son muy importantes. Educar en si, es un Arte. Esta Profesión Magisterial conlleva preparación adecuada y vocación para ese rol. La Educación Continuada es imprescindible. Existen nuevas técnicas e instrumentos para tratar efectivamente a los educandos, sean o no, con limitaciones mentales físicas.
Creo que los Departamentos de Educación de las Universidades podrían aportar más con la participación activa de los Estudiantes de Educación. Aunque sea en participaciones breves, dichos futuros Maestros pueden ser de gran Ayuda al Maestro de Salón, además de ver en la práctica cómo se bate el cobre en las Aulas Escolares.
Cuando a su ritmo, se logra que un Estudiante Especial logre desarrollar unas destrezas, ya hay espacio para un Aplauso. Hemos visto en España, Estudiantes con Síndrome de Down practicando en labores diversas en los Hoteles. Conocemos de jóvenes actores capaces de contestar preguntas en entrevistas televisivas, con aplomo y claridad de pensamiento.
Aunque esté Retirado, hace 18 años, del Sistema Educativo, siento pasión por la enseñanza, no he dejado de visitar escuelas y aportar algo con mis conocimientos y destrezas. Me satisface ver el dibujo de sonrisas en los rostros de los niños, las caras de asombro y su choque de manos. Recién entré a un Salón al cual hacia mucho tiempo no visitaba, la bienvenida de exclamación y el Aplauso que me dieron, fue una bonita emoción.
A uno le pueden robar la cartera, el carro, una herramienta del patio, pero no pueden robarle el conocimiento. El conocimiento nos libera. Es por medio del mismo que nos acercamos a los logros personales.
El Salón de Clases debe ser atractivo al educando, la alegría y el dinamismo, deben tener un espacio para despertar la curiosidad y posesionar al educando del emprendimiento necesario, conducente a la participación activa en el proceso educativo. Cuando el estudiante es protagonista, se esfuerza por aprender con ganas. Hay quienes desconocen el potencial oculto que poseen muchos de nuestros muchachos. Hay líderes en ciernes, en muchas Aulas Escolares, esperando mayor participación, con sus talentos, habilidades y destrezas, hay que darles la oportunidad!
Prof. José Antonio Giovannetti Román