Los abuelos… si no fuera por ellos
El segundo domingo de septiembre es el Día Internacional del Abuelo, de ambos sexos e incluye a los bisabuelos y tatarabuelos.
Estamos en deuda con los abuelos. La mayoría, han sido facilitadores de muchos padres y madres trabajadores. Han propiciado la ayuda necesaria en el cuido, transporte y consejería de los nietos. Son muchos los que invierten económicamente en el sustento de sus nietos. Mis hijos, Omar Jafet y Aner Antonio, supieron lo que era ser bien cuidados mientras sus padres trabajábamos en la escuela, como maestros del Sistema educativo de Puerto Rico.
Los mimos y cuidos que recibieron de sus abuelos, no tiene precio… salieron del escenario de la vida terrenal hace un tiempo.
No conocí ninguno de mis abuelos, tengo retratos de los dos abuelos paternos y uno de la abuela paterna. Me hubiese gustado haberlos conocido. Haber recibido sus mimos y cuidos… su bendición.
Cuando visité Corcega en el 2003, pude visitar la casa de mi abuelo Pierre Marie Giovannetti Calvelli, fue una bonita experiencia llena de emoción. Un matrimonio joven la habían adquirido y me permitieron entrar a la misma… cuando el vino a Puerto Rico se casó con la entonces jovencita María Aquino Serrano, procrearon a mi padre Pedro María Giovannetti Aquino.
En la antelación a la celebración de el Día Internacional del Abuelo, que será el domingo 11 de septiembre y ese mismo día, debiera programarse Actividades seculares y religiosas exaltando la figura del Abuelo.
Los Centros Comerciales y Comercios debieran programar actividades a favor de esa clase olvidada. Los Planes de Salud podrían promover y llevar a cabo Clínicas de Salud en toda la Isla.
Los medios de comunicación podrían promover tan significativa celebracíon.
Soy Abuelo dos veces, Abuelo de sangre de Alexandra y Abuelo del Pueblo, con mi personaje teatral Abuelo Juancho, con el cual llevo conocimiento y humor.
Mi librito CONSEJOS DEL ABUELO es una guía de Salud y bienestar para la Edad de Oro, ya va por la 8va. Edición.
Ayer… ellos abrieron surcos y sembraron la buena semijlla conducente a una calidad de vida excelente. Nos tomaron de la mano, nos dieron a probar de sus alimentos y postres, nos ofrecieron apoyo y sostén. Hoy debiéramos pagarle con una buena moneda de agradecimiento.
Hay quienes discriminan con las personas de la edad de oro. No toman en cuenta la importancia de la experiencia en el ejercicio de muchas actividades humanas.
Mi abuelo materno, don José Román, tampoco lo conocí, tengo su retrato y la referencia de un buen amigo, ya fallecido, que lo conoció; “era un hombre bueno y amable”, me dijo… como muchos abuelos, abuelas, bisabuelos, bisabuelas, tatarabuelos y tatarabuelas boricuas.
Prof. José Antonio Giovannetti Román
@AntonioGiovan13 en Twitter
MOTIVOS PARA VIVIR EN CASA DEL ABUELO en Youtube