En más de una ocasión he leído un pegadizo que dice; “Las acciones hablan más alto que las calcomanías”, algo muy cierto. Nuestras acciones en el diario vivir son evidencia de quienes somos. En el ser humano hay un potencial para actuar civilizadamente. En ocasiones ese camino se desvirtúa y las acciones en el diario vivir no son las mejores. Hay quien no le importa un bledo la tranquilidad del vecino y el volumen de sus equipos de radio, televisión o tocadiscos se escucha en un volumen exagerado. Otros mientras transitan por las calles o carreteras de Puerto Rico lanzan basura a las mismas. Hay quienes se estacionan en los Estacionamientos de Centros Comerciales ocupando doble espacio, evitando que el que llega encuentre un estacionamiento disponible.
Este País tiene una contaminación lumínica, visual y de sonidos altos lo cual afecta la salud física y emocional. Lo preocupante es la apatía de las Agencias de Gobierno a las cuales les concierne trabajar la situación para aminorar los afectos dañinos en los ciudadanos que contribuyen al erario para pagar los sueldos de quienes laboran en dichas Agencias de Permisología y Seguridad Ambiental y Policiaca.
Hay que levantar voces y bandera a favor del derecho que tenemos los ciudadanos para una convivencia sana. Es imperativo que Grupos Cívicos de arraigo en la Sociedad, se expresen en bloque a favor del respeto a la privacidad y la paz ambiental.
Las sirenas innecesarias, las “tumba cocos’, las bocinas estruendosas de camiones y los Kariokees que a altas horas de la madrugada alteran la paz, deben sancionarse.
Las Ley #140 fue redactada para velar en Ley contra quienes alteran la paz vecinal, de una comunidad, de un Pueblo. Esa Ley es letra muerta. No se aplica. Mientras hay encamados, envejecientes y niños de días o meses afectados, unos pocos alteran la paz con la mayor tranquilidad del Mundo.
Hace poco una trabajadores de una Empresa privada comenzaron a las 6:30 a.m. a pasar un Trimmer en un vecindario. Los residentes de esa Comunidad vieron interrumpidos su sueño. Se debe regular el horario en el cual quienes usan instrumentos de trabajo que hagan mucho ruido, se utilicen en horas razonables para el vecindario. La prudencia nos dicta cuales son las acciones correctas en el diario vivir, teniendo consideración paras quienes son nuestros vecinos o compueblanos. Hace un tiempo propongo un Proyecto de Vida cuyo lema es: “Al Rescate de la Esperanza, que anda realenga… y hay que atraparla”… soy un optimista tenaz que aspiro encontrar en este nuevo escenario quienes se unan en el peregrinar que busca la luz al final del túnel. Se abre el telón, luces… Acción! De Entrada… 11 julio

 
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