La muerte, un año después
El 9 de agosto de 2014 ocurrió un incidente desgraciado que ha despertado todo un movimiento en favor de los derechos civiles de la comunidad de ascendencia africana en los Estados Unidos. Me refiero a la muerte de Michael Brown a manos de Darren Wilson, un policía, en la ciudad de Ferguson, un suburbio de Saint Louis, Missouri.
El problema es que Brown estaba desarmado, por lo que la respuesta de Wilson fue excesiva. En mi experiencia, la policía en los Estados Unidos tiende a responder con violencia excesiva cuando intervienen con hombres afro-americanos y latinos. ¿Por qué? Porque piensan que estamos armados, lo que les da miedo. El temor les mueve a disparar antes de tener una clara justificación para hacerlo.
Ferguson es uno de esos bolsillos de pobreza donde la mayor parte de la población es afro-americana. Son pobres, en gran parte, porque han recibido una educación deficiente. El desempleo en esos sectores es rampante, lo que provoca un aumento en los crímenes de poca monta. En esos sectores empobrecidos es común que hasta dos de cada tres hombres jóvenes tengan algún tipo de expediente criminal. Claro está, esto sólo abona a la pobreza, porque muchas personas se resisten a contratar a ex-convictos.
En el caso de Brown, se cree que momentos antes de ser detenido por la policía robó algunas cosas, tales como refrescos y cigarrillos, de un colmado de la vecindad. Algunos entienden que estos actos delictivos justifican la acción de Wilson. Sin embargo, es ridículo pensar que una persona debe ser asesinada por robar artículos cuyo valor no pasa de 20 o 25 dólares. El problema no es que Wilson haya usado fuerza en su intervención con Brown, en problema es que usó fuerza excesiva, respondiendo de manera desmedida a las acciones del muchacho.
Aunque la muerte de hombres jóvenes afroamericanos y latinos desarmados a manos de oficiales policiacos es relativamente común en los Estados Unidos, el deceso de Brown no ha sido en vano. Toda una coalición de organizaciones cívicas y religiosas han mantenido viva la lucha en contra del racismo que abona tragedias como la de Brown. El movimiento se conoce por la frase “Black Lives Matter”, es decir, la vida de las personas afro-americanas es importante.
Si usted desea una crónica detallada de los eventos relacionados a la muerte de Michael Brown, le refiero al libro de Leah Gunning Francis, titulado “Ferguson and Faith” y publicado por Chalice Press. Yo tuve el privilegio de editar ese volumen y lo recomiendo sin reservas, principalmente a aquellas personas interesadas en saber cómo las Iglesias y las Sinagogas están contribuyendo al desarrollo de este movimiento.
Entre tanto, sigamos luchando en contra del racismo institucional que pone en peligro la vida de toda persona joven de color en los Estados Unidos.
**********
¿Qué opina usted? Le invito a compartir su opinión, comentando tanto el contenido de esta columna como los comentarios de otros lectores y de otras lectoras.
El Rev. Dr. Pablo A. Jiménez es el pastor de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en el Barrio Espinosa de Dorado, PR. http://www.drpablojimenez.com.