Hasta Hitler tuvo novia
Si alguna excusa me harta es “Bendito, si él solo está haciendo su trabajo”. Y me harta porque es una defensa boba, que pretende disfrazar vicios bajo el manto de virtud que representa el trabajo.
Con esa excusa se han cometido muchas injusticias en el mundo. Algunas son faltas tan leves que rayan en lo ridículo, pero otras son graves y hasta peligrosas.
Por lo regular, la excusa tiene la siguiente estructura: “Pobre [inserte nombre aquí] a quien la gente rechaza porque [describa su vicio o fechoría]. ¡Si él sólo se está haciendo su trabajo para ganarse el pan! En el fondo, él es un simple trabajador que ama a su familia.”
Como afirmé antes, la excusa puede usarse para defender lo ridículo, como la invitación que se le cursó recientemente a Jorge Pabón, alias “El Molusco,” para hablarle a un grupo selecto de jóvenes en La Fortaleza: “Pobre [Molusco] a quien la gente rechaza porque [se gana la vida como un ‘shock jock’ en la radio]. ¡Si él sólo está haciendo su trabajo para ganarse el pan! En el fondo, él es un simple trabajador que ama a su familia.”
Y también puede ser usada en contextos más graves, como para defender al tirador de drogas del barrio: “Pobre [Buster] a quien la gente rechaza porque [se gana la vida vendiendo drogas en un punto]. ¡Si él sólo está haciendo su trabajo para ganarse el pan! En el fondo, él es un simple trabajador que ama a su familia.”
¿Y qué me dicen de los gatilleros que trabajan para las pandillas? Cuando se usa esta excusa para defender asesinos suena así: “Pobre [Tiny Toons] a quien la gente rechaza porque [se gana la vida como asesino a sueldo]. ¡Si él sólo está haciendo su trabajo para ganarse el pan! En el fondo, él es un simple trabajador que ama a su familia.”
Como ven, este es un argumento maleable que sirve para justificar desde una tontería hasta un crimen. Para esgrimir este argumento, sólo basta afirmar que un vicio es un “trabajo”, dar por sentado que el trabajo siempre es honroso y apelar a nuestra común humanidad. Así siempre podremos encontrarle algo bueno hasta al peor criminal. ¿Por qué? Porque hasta la gente más mala han amado alguna vez a alguien. Total, ¡si hasta Hitler tuvo novia! Por eso, a pesar de haber presidido sobre el asesinato de cerca de 11 millones de personas, siempre habrá algún idiota que lo defienda.
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El Rev. Dr. Pablo A. Jiménez es el pastor de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en el Barrio Espinosa de Dorado, PR. http://www.drpablojimenez.com y http://www.prediquemos.net.