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Trump no romperá relaciones con Arabia Saudita

La pregunta sobre quién ordenó asesinar al columnista de opinión del Washington Post, Jamal Khashoggi, no es una sobre investigación criminal turca. No se trata de identificar a un culpable para procesarlo. El ejercicio del famoso juego de mesa Clue, que consiste en identificar el arma, el lugar y quién lo mató, es lo de menos. De lo que se trata la controversia, es de si los enemigos del príncipe heredero al trono de Arabia Saudita, Mohámed bin Salmán (a.k.a. MbS), logran vincularlo con este homicidio y presionan para que no se convierta en rey cuando muera su padre, Salmán bin Abdulaziz. También, se trata de si el presidente de EEUU, Donald Trump, debe romper relaciones con MbS.

La respuesta está servida en la mesa. Cada bando mostró sus cartas. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, muestra interés en la investigación criminal y de inteligencia que se realiza en Turquía; le conviene debilitar la relación de EEUU con Arabia Saudita y sacar del medio a MbS. Erdogan es un líder autoritario que quiere el liderazgo turco en el mundo islámico y regional. En esa competencia, Arabia Saudita es el obstáculo principal, porque MbS quiere hacer reformas que acerquen a su país a Occidente y reconoce oficialmente el derecho a existir del estado de Israel. Esto le ha ganado enemigos internacionales, como Irán y Turquía, y enemigos internos, dentro de la familia Saúd.

La Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA, por sus siglas en inglés) le envió un reporte al presidente Trump sobre el supuesto vínculo de MbS con la muerte de Khashoggi. Trump no se deja llevar por los poker face que buscan distraer la atención para que tome decisiones alejadas de su programa de relaciones internacionales y de política exterior. Jugó su propia mano al decidir no romper relaciones con MbS ni con Arabia Saudita. Dejó claro que hay logros que pesan más, como la reducción del precio del barril de petróleo, gracias a la colaboración de MbS, y la misión de combatir a organizaciones terroristas islámicas. Además, MbS es aliado contra la agenda geopolítica de Irán y a favor del reconocimiento regional del estado de Israel.

Es curioso que estados como Canadá consideren hacer lo que hicieron Alemania, Noruega y Dinamarca, dejar de vender armas a Arabia Saudita. La presión de Turquía, un miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), persigue debilitar militarmente a Arabia Saudita. Esto es irónico, porque es uno de los objetivos que tenía Khashoggi antes de morir. Se oponía a los ataques de los saudíes contra organizaciones terroristas islámicas que operan en Yemén. Para Khashoggi los ataques saudíes eran contra civiles y fuerzas no terroristas. Le convenía que se aprobara un embargo de armas contra los saudíes. Sin embargo, no pensaba así en el 2016, cuando reportaba desde Arabia Saudita y tenía vínculos con funcionarios del reino.

Toda esta controversia ocurre sin que se hable en detalle sobre quién es el columnista asesinado. Khashoggi era un reportero y agente saudí que se autoexilió en el 2017; desde EEUU se dedicó al activismo político y a la crítica contra MbS y el reino saudí. Su abuelo turco fue médico personal del rey y fundador del reino de Arabia Saudita, Abdulaziz Al Saúd. Fue sobrino del traficante de armas saudí, Adnan Khashoggi, quien estuvo involucrado en el escándalo Irán-Contra. Su familia en general se vinculó a élites de poder y reinos; por ejemplo, su primo, Dodi Fayed, estaba comprometido con la Princesa Diana de Wales cuando murieron en un accidente de carro en París; Dodi Fayed era hijo del billonario egipcio, Mohámed El Fayed.

La biografía de Khashoggi es más oscura de lo que presentan los medios americanos. Por un lado, los liberales-progresistas reportan que era un reformista a favor de la democracia. Por el otro, los medios conservadores indican que tenía vínculos con la Hermandad Musulmana y la organización terrorista Al-Qaeda. Lo que no dicen es que trabajó para el príncipe saudí, Turki al-Faisal, quien fue director general de la agencia de inteligencia saudí, Al Mukhabarat Al ‘Ammah, del 1977 al 2001, hasta diez días antes del ataque del 11 de septiembre en el cual catorce ciudadanos saudíes secuestraron aviones comerciales de EEUU para realizar los atentados terroristas. El príncipe Turki también fue embajador en Londres y luego en Washington. Khashoggi lo asistió para acercarse al líder terrorista de Al-Qaeda, Osama bin Laden, con el fin de financiarlo para que no realizara ataques en territorio saudí. Mientras residió en Arabia Saudita, Khashoggi asistió en funciones de inteligencia. No era un mero reportero y director de noticias.

La muerte de Khashoggi se relaciona con luchas internas dentro del reino saudí, por el poder y para definir quién heredará el trono; sus ataques contra MbS fueron tácticos. No se exilió porque lo expulsaron ni por ostracismo. Desde Washington y con sus columnas de opinión en el Washington Post, atacaba a MbS y a facciones del reino saudí, lo que tácitamente implicaba ayudar a otras facciones.

En Arabia Saudita, Khashoggi justificaba los ataques saudíes contra organizaciones terroristas en Yemén. Pero, en el exilio criticaba estos ataques y acusaba al reino de matar a civiles.

Por esto, preguntar quién ordenó matar a Khashoggi es lo de menos. Estaba metido en un mundo de espionaje, terrorismo, financiación ilícita, venta de armas, lucha de nobles, activismo político, propaganda y relaciones públicas. No era un santo; vivía en riesgo.

Su caso trata más sobre intereses geopolíticos, oportunistas y luchas internas del reino saudí. Trump fue astuto y prudente al no meterse en el asunto. En el mundo islámico, en las luchas regionales de Oriente Medio y en el reino saudí no reina la paz ni hay aliados permanentes. Sin embargo, MbS es lo más cercano a un aliado idóneo para mantener controlado el precio de barril de petróleo, para combatir al terrorismo islámico, para contrarrestar la influencia regional iraní y para hacer reformas que armonicen la relación con Israel y con Occidente. Más vale malo conocido que “bueno” por conocer.

 

 

 

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