Alzó su mano y me interrumpió, en medio del taller, en plena presentación. Con una gran sonrisa, esta mujer dominicana que sabe literalmente lo que es pasar el Niagara en bicicleta, me interrumpió para comentar: “Hoy el taller ha sido muy bueno, hemos estado encontrándonos con nosotras mismas, con nuestra grandeza”.  Luego de conocer la historia de vida de esta mujer -de verla trabajando por tres días en su proceso de sanación, enfrentando miedos y dolores de su pasado- escucharla así tan espontáneamente, fue verla liberada. 

Casi seguidamente, en ese mismo Taller en el que por cierto eran todas mujeres, otra compartió cómo ese día pudo descubrir lo que no le permite salir adelante, a pesar de los muchos estudios que posee, hasta una maestría. Narró con total honestidad cómo había podido descubrir de donde brota la inseguridad, el miedo que la lleva a fracasar y sentirse poco valiosa.  Sus ojos azules se llenaron de lágrimas mientras narraba el dolor de su historia y descubría la grandeza de su manantial, esas potencialidades que están ahí en el interior, a pesar del vía crucis de una historia dolorosa.

Muchos se preguntan si es posible superar, sanar los recuerdos que nos han lastimado y nos siguen lastimando a pesar del paso del tiempo.  Esas experiencias de vida que nos han golpeado emocionalmente y nos han dejado heridas en el alma. Y junto con esas heridas también nos han dejado inseguridades, corajes, tristezas, conductas compulsivas y explosivas que nos hacen daño a nosotros y a los que nos rodean. 

La respuesta es SI.  Es posible crecernos y sanar aquello que más nos ha lastimado. Usualmente es en los primeros años de vida donde vivimos experiencias en las que no recibimos el amor incondicional que necesitábamos para desarrollar un sano balance emocional.  Situaciones como la ausencia de uno de los padres, la falta de afecto y abrazos, o experiencias tempranas  de abuso sexual. Quizás crecimos en ambientes inseguros donde había violencia, pobreza y otras situaciones familiares que nos golpearon siendo muy niños. 

Como dice el refrán, “cada cual tiene su historia”. Y así pasa, todos tenemos historias en las que hay momentos positivos, pero también hay aquellos eventos que laceraron nuestra autoestima y nos toca ahora de adultos sanar. Sanar para poder descubrir y acoger aquello que es nuestro manantial, nuestra potencialidad y plenitud. 

La escuela Cabarrusina para la Plenitud de la Vida, ofrece un camino para acompañar a la persona en su  crecimiento sico-histórico-espiritual, que toma en cuenta la integralidad que la persona posee. Mediante una serie de ejercicios donde cada persona va marcando su propio ritmo, pero acompañados por otros que van en caravana, se va impulsando un proceso de encontrar y sanar aquello que aunque pasó hace mucho tiempo, aun hoy nos sigue acompañando como un fantasma que no nos deja alcanzar nuestro vuelo. Se utilizan metodologías que incluyen ejercicios prácticos desde el focusing,  bioenergética, biodanza, sanación del niño interior, matrices de introspección, entre otros. 

En Puerto Rico, los Centros Sor Isolina Ferré somos la entidad certificada por el autor del modelo, Dr. Carlos Cabarrús de la Universidad Landívar de Guatemala, para ofrecer estas experiencias de crecimiento personal.  Decía Sor Isolina Ferré: “Toda persona tiene fuerzas interiores que a veces permanecen ocultas hasta que encuentran la oportunidad de ser liberadas”.  Nuestro compromiso va dirigido a acompañar en ese crecimiento humano a todas aquellas personas que deseen asumir un  liderato afirmativo de su propia vida.

Los días del 11 al 14 de septiembre, ofreceremos un Taller de Crecimiento Personal con espacios para 30 personas, mayores de 21 años. Para más información sobre costos y separar espacios, puede llamar al 787-842-0000 ext. 1571 1572 ó al  787-375-7854.

lortiz@csifpr.org