A Silverio Pérez, la pausa que nos entrelazó
Hace poco revisando mis redes sociales me encontré con un mensaje de Silverio Pérez. Me quedé boquiabierta al recibir de tan apreciado artista boricua, una nota felicitándome por mi columna. En dicho artículo esta servidora invitaba a los lectores a hacer pausa de las redes sociales para conectar con el interior. A alejarnos del aturdimiento que puede generar el estar conectados tantas horas del día.
Lo vergonzoso para mí como bloguera, fue darme cuenta de que el mensaje de Silverio era del año 2019 fecha en que publiqué dicha columna. Luego de unos segundos de “pasme” y vergüenza, me reí un rato, al darme cuenta de que literalmente me apliqué lo recomendado a los lectores, al punto de no percatarme del mensaje de Silverio. Lo que es una falta, pues para los blogueros es deber agradecer y contestar a quienes nos comentan.
El caso de esta historia es que han pasado casi dos años. En el año 2020 nos visitó la pandemia y a partir de ella la era virtual se volvió ferozmente lo cotidiano y un medio de sobrevivencia ante el encierro. En estos días me debatía si volver a recomendar a los lectores el saludable ayuno de infoxicación, para conectar con la sabiduría del ser. Para buscar espacios de conexión con la respiración profunda desde el silencio.
Justo en medio de mi debate, me encontré con el mensaje de Silverio, quien gentilmente me leyó en aquel entonces y me dejó saber que también estaba en un descanso de las redes para observar y experimentar la vida.
Hoy me disculpo con Silverio por no contestarle, pero celebro que en su vida haya pausas, que imagino le deben haber ayudado en este tiempo tan difícil que hemos atravesado. Aprovecho para recordarnos que todo esto de la era virtual es un medio y no un fin. Que hay que estar alertas a que no nos atrape la “publicaera” como si la vida dependiera de “likes” o de “views”. Hay que velar la trampa de andar haciendo a otros creer y creyéndonos que la vida es mágica, que la felicidad radica en que me vean mostrando una cara de la vida que no encierra la realidad completa.
No olvidar que es adentro donde se cultiva la paz y la plenitud, y sólo quienes como Silverio logren silenciarse de los ruidos y distracciones exteriores, podrán profundizar en esa sabiduría del ser donde habitan las respuestas.
Mi abrazo para Silverio y ojalá nos podamos tomar pronto el café y dar gracias por la vida y por esa pausa que nos entrelazó.
La autora es Trabajadora Social, Entrenadora de Enfoque Corporal y Directora del Instituto a Para el Desarrollo Humano a Plenitud de los Centros Sor Isolina Ferré Inc. empresa social dedicada al ofrecimiento de talleres y vivenciales para propiciar el crecimiento y la sanación interior en personas que deseen asumir un liderato afirmativo de sus vidas y vivir plenamente.