Recién terminé unos días de taller de crecimiento personal con un grupo de mujeres y hombres que desean salir de la dependencia y buscan transformar aquello que los limita de poder afrontar los retos de un país en bancarrota. Tienen más en contra que muchos otros boricuas, pero en ellos encontré mucho más liderato y determinación de lo que veo en algunos de los que ocupan los titulares de las noticias.  Juntos sanamos la historia, liberamos culpas, corajes y miedos que nublan el cristal de las muchas capacidades que habitan en el interior.

Un grupo lleno de experiencias dolorosas como para dar catedra de lo que es sufrir desde temprano en la vida y aun así, levantarse a pesar de las adversidades. A través de ellos pude ver la fuerza del potencial humano cuando se sana aquello que nos hace sentir incapaces.  Sin duda, nuevas historias serán escritas. Estoy convencida de que en la medida que nos liberemos de la masa de desechos mentales y emocionales que cargamos en el interior, nuestra sociedad lo hará también.

“Cantamos porque creemos en la gente” es mi verso preferido de uno de los famosos poemas de Mario Benedetti.  Verso que ha inspirado a tantos a seguir remando con alegría en medio de aguas turbulentas. Así quiero seguir viviendo, remando y cantando.

En el mismo poema de Benedetti se nos invita a hacer de la protesta y del dolor una canción. “Cantamos porque el grito no es bastante y no es bastante el llanto ni la bronca”.  “Cantamos porque el campo, el sol, el río nos hablan de la primavera”.  No podemos dejar de cantar, de creer y de celebrar los muchos actos de bien que a diario nos rodean. Y es por eso que hoy celebro este grupo de mujeres y hombres cuyas historias se han vuelto canción.

Me revisto de la canción y de la palabra escrita como armas poderosas para alimentar las certezas de que podremos salir de las sombras del camino. Me revisto y te invito a revestirte de la canción que conduzca nuestros pasos militantes por la vida. No dejaremos que el país se nos venga abajo, nuestro canto será cada vez más fuerte, cantando alimentaremos la esperanza y venceremos la derrota.

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