Yo ya perdí todas las esperanzas
Esas tristes palabras me las regaló un lector, hace unos días, al leer una de mis columnas sobre esa esperanza que me niego a perder. Más bien sus palabras fueron: “Yo ya perdí todas las esperanzas, he caído en la desesperación, depresión y miseria”. Luego de leerlas pasé varios días sin saber qué contestar, creo que esas palabras llegaron a lo profundo de mi alma y tocaron la fibra de mi desesperanza, del dolor y coraje que también me embarga –a veces con mayor intensidad- al ver lo que veo cada día en nuestro país.
En ese detenerme a pensar en las palabras de mi querido lector, recordé los rostros de los muchos boricuas que abordaron conmigo -en el vuelo de ida y el de regreso- hacia Orlando, Florida hace unos días, mientras me dirigía a ofrecer un Taller por aquellas tierras a un grupo de inmigrantes hispanos. Rostros tan distintos a los que recuerdo en las visitas a “Disney” hace años, donde veía las sonrisas de oreja a oreja y los bolsos cargados de “Mickeys”. Esta vez vi el rostro de la diáspora, ese rostro que es reflejo de la separación de la familia y de las raíces de un país que no ofrece esperanzas a su gente.
Esperanzas –de eso se trata lo que nos estamos jugando- la esperanza de la gente, la esperanza colectiva. Lo que hace que nos levantemos cada día a luchar por nuestros hijos, por vivir una vida digna. Eso que nos permite ver la luz en las tinieblas y que nos da certezas de que sí podremos salir adelante. Si eso no lo alimentamos, si la gente pierde la fuente que mueve a creer y crear, entonces sí que corremos un peligroso rumbo como sociedad.
La recesión y la quiebra son una realidad que tenemos que abordar –todos y todas- de frente y con valentía. No podemos dejar que se vuelva desesperanza la inmoralidad descarada de quienes siguen robando, aprovechándose, malgastando y acabando con lo poco que queda en las finanzas del país. Son muchos los que dan ejemplo del espírutu de reinvención y esfuerzo honesto de afrontar estos tiempos duros.
Por mi parte yo marcho con los que marchan, aquí sigo y aquí me quiero quedar. Me sumo a la energía de los grupos que van buscando nuevos horizontes. Grupos como: Vamos, Cumbre Social, Agenda Ciudadana, Una Sola Voz, Echar Pa’Lante, Juntos Por Puerto Rico, Coalición del Sector Privado, Casa Pueblo, Sociedad Puertorriqueña de Planificación, Empresarios por Puerto Rico, la Sociedad Para la Economía Solidaria y muchos otros grupos y personas que siguen buscando respuestas.
No puedo perder la esperanza, le respondí a mi querido lector, sigo encontrando buenas razones cada día para no perderla y para ayudar a otros a alimentarla. Sigo apostando a las fuerzas y capacidades de nuestra gente, con las que estoy segura lograremos salir adelante.
lortiz@csifpr.org