Redescubrirse
“Gracias por haberme permitido sacar mis rencores y ayudarme a abrir los ojos. Por haberme hecho creer y confiar que en mí mismo están las respuestas”. Con esas palabras un joven de 17 años finalizaba su participación en uno de los Talleres de Crecimiento Personal que ofrecimos hace poco.
Su historia, una de esas que sin contarla estremece con sólo observar su mirada. Abandonado por ambos padres, usuarios de drogas. Criado por una abuela que le golpeó para tratar de controlar la ansiedad propia de quien nunca ha sentido el amor en su corta vida.
Conoce la calle y conoce la violencia que ronda a quienes buscan en el corillo un espacio donde recibir lo que en la casa no encuentran. Este joven está tratando de recuperar su vida en un programa para jóvenes que han abandonado la escuela, en una organización sin fines de lucro. Una historia de las que a diario escuchamos en las que muchas veces se suman condiciones de pobreza y marginación social.
Así mismo acompañamos otras historias igual de dolorosas, donde ha habido abandono, gritos, golpes, abuso sexual, ausencia de afecto. Muchas de estas historias, que llegan a nosotros en busca de aliento y sanación también provienen de personas con recursos económicos. Personas profundamente laceradas en el sentido de valía propia que andan en búsqueda del sentido de la vida. Personas que luchan contra conductas compulsivas, desproporcionadas, miedos, tristezas y corajes profundos que van con ellos no importa el éxito o los logros que se alcancen.
Vamos descubriendo en este caminar que hay unas experiencias de vida que no discriminan entre pobres o personas con recursos económicos. Unas heridas que todos de una forma u otra hemos vivido producto de las épocas y las situaciones que aquejan al país y a la familia. Heridas que nos han llevado al desarrollo de conductas que en el presente afectan y no permiten alcanzar una vida en armonía.
Sin embargo hoy son muchos los que van en el barco de la transformación y el desarrollo individual y colectivo. Cada vez hay mayor conciencia de la responsabilidad personal de trabajar y sanar aquello que nos limita en la búsqueda de una vida plena.
Creo que una ruta para ayudar en la recuperación del país es la creación de espacios donde las personas puedan redescubrirse y revitalizarse. Conectar con las fuerzas interiores y sanar esas raíces dolorosas que llevan años cargando. Muchos de estos espacios han comenzado a surgir desde las iglesias, programas comunitarios, municipalidades etc. Ofrecen alternativas para el desarrollo humano desde la revisión y curación interior. A su vez existen espacios en línea, lecturas de autoayuda, profesionales del área de la psicología, consejería y trabajo social cuyas intervenciones van en esa dirección.
Es posible sanar, lo vemos cada día. Es posible dejar ir aquello que no nos deja avanzar para poder recibir aquello que está aguardando emerger desde lo profundo de nuestro ser.
(La autora es Trabajadora Social y Directora del Instituto para el Desarrollo Humano a Plenitud de los Centros Sor Isolina Ferré, empresa social que se dedica a la sanación interior y la formación sico-histórica-espiritual. Los días del 18 al 20 de septiembre, ofrecerá un Taller de Crecimiento Personal en Orlando, Florida Para más información llamar al 787-375-7854, 407-367-8130)
lortiz@csifpr.org