Cuando, antes de la temporada de 2020, la estelar voleibolista Lily Rojas, se inició como apoderada de las nuevas Pinkin de Corozal como un equipo de expansión, su dirigente, Angel Pérez, le advirtió que el equipo tardaría un poco en tener grandes éxitos.
“Angel me dijo que yo debía comprender que esto era un proceso y que tardaría tal vez unos tres años”, dijo.
“Pero yo recuerdo que incluso hablar de tres años me pareció un poco optimista”.
Pero precisamente en su tercer año de renovada vida en la liga de voleibol femenino, las Pinkin, que regresaron a la Liga en 2020 luego de seis años de ausencia, no solo llegaron hasta la postemporada por segundo año seguido, sino que entraron a la serie final contra las campeonas Criollas de Caguas, prevista para comenzar el 6 de agosto.
“Si en aquel momento me hubieran dicho que en tres años íbamos a estar en la final yo no lo hubiera creído”, agregó. “Especialmente debido a los problemas que tuvimos al principio para formar un equipo sin jugadoras, y otros tropiezos”.

“Pero creo que afortunadamente tuvimos buen ojo al ir seleccionando a jugadoras que estarٟían comprometidas con lo que estábamos tratando de hacer en Corozal”.
Aunque llegaron segundas en la temporada regular con marca de 9-7, las Pinkin tuvieron que confrontar bajas importantes durante varios juegos, incluyendo -por lesión o problemas de salud-, la de la central Dulce María Téllez y la esquina Daly Santana, aunque contaron con grandes actuaciones de la esquina refuerzo Payton Caffrey -mejor anotadora de la liga- y la opuesto Brittany Abrercrombie.
Tanto Santana como Dulce María estuvieron disponibles para la serie semifinal que acaban de ganarle en cinco juegos a las Atenienses de Manatí.
Y las necesitaron intensamente.

“Daly ya estaba cayendo en juego durante la temporada cuando tuvo un percance de salud y perdió dos semanas”, dijo la apoderada.
“Pero ella contribuye en muchas cosas que la gente a veces no ve: no solo son los puntos en la ofensiva, sino la defensa, los pases”.
“Pero Manatí es un equipo único”, agregó. “Tiene por mucho la mejor defensa, pero también es un equipo muy emocional”.
“Nosotros sabíamos que teníamos más talento y éramos más fuertes, pero al ser un equipo tan emocional, Manatí era muy peligroso: en cualquier momento, una chispa podía convertirse en una fogata”.
Después de perder los primeros dos juegos, Manatí reaccionó ganando el tercero en Corozal en cinco sets y extendió el quinto juego hasta un quinto parcial, igualmente en la Carmen Zoraida Figueroa, antes de tener que bajar las armas.

La final contra Caguas está señalada para comenzar el 6 de agosto, luego de que la selección nacional participe en la Copa Challenger de Croacia del 28 al 31 de julio.
Dos jugadoras de las Pinkin -Abercrombie y la estelar acomodadora Raymariely Santos- están en ese equipo, y Lily más que nada está preocupada por Raymariely, quien sufrió una lesión en el pulgar derecho en el penúltimo juego de la serie contra Manatí, aunque siguió jugando con el dedo vendado.
“Realmente nosotros hubiésemos querido tenerla aquí para seguir tratándola, pero vamos a esperar lo mejor”, agregó.
Entretanto, Payton sí debe aprovechar la ausencia de juegos durante estos días para seguir recuperándose de una lesión en una pierna, aunque nunca dejó de jugar.

“Es una lesión vieja, pero le va a venir bien este descanso”, dijo Rojas.
Finalmente, Lily dijo que no está descartada la posibilidad de que las Pinkin muden sus juegos locales a un coliseo más amplio durante la final.
“A mí me gustaría ganar el campeonato en nuestra cancha en Corozal”, dijo, “pero primero vamos a ver si se nos va a quedar mucha gente fuera”.
“Vamos esperar por lo menos hasta que pase nuestro primer juego local (segundo de la final)”, dijo.
Hasta el momento, aseguró sin embargo, no ha pensado hacia dónde se mudarían las Pinkin si eso fuera necesario.

El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad y de la novela  ganadora del certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2016.
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