Merecido reconocimiento a Fres Oquendo
En su larga carrera en el boxeo profesional, Fres Oquendo, nacido en Puerto Rico pero criado y desarrollado en Chicago, fue uno de los mejores pesos completos de su generación.
Con marca de 37-8 y 24 nocauts, y ligado por mucho tiempo a la cuadra de don Félix Trinidad, Oquendo disputó en cuatro ocasiones el cetro mundial, y por lo menos en dos de ellas pareció ser despojado de una legítima victoria por los jueces: ante Chris Byrd en 2003, por el cetro de la FIB, y ante Ruslan Chagaev en 2014 por el cetro de la AMB.
Pero Fres, criado en los barrios más pobres de Chicago, “los caseríos”, de cierta manera ha sido compensado con creces después de su retiro.
En 2019, por ejemplo, recibió durante la convención del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en México el Premio Humanitario, en reconocimiento de sus distintas gestiones humanitarias y, en especial, por la ayuda que le brindó al excampeón Wilfredo Benítez, al formar parte del grupo que recaudó cuantiosos fondos de ayuda y logró transportarlo a Chicago, donde ahora reside con su hermana y lo atienden en uno de los mejores hospitales del país.
El multimillonario empresario mexicano Carlos Slim fue uno de los ganadores de ese reconocimiento en una ocasión anterior.
A principios de este año, entretanto, Fres fue exaltado al Salٕón de la Fama del Boxeo de Indiana y, el pasado domingo 19 de junio, al de Florida.
En esa ocasión, fue exaltado junto a los expeleadores Al Cole, David Tua, Shannon Briggs, Keith Mullings Sr., David Armstrong, Randall Bailey y Cory Spinks, y el entrenador puertorriqueño Tito ‘Tiburón’ Ocasio, entre otros.
“Se escogen a peleadores que son de Florida, o que pelearon en la Florida, igual que ocurrió con Indiana”, dijo Oquendo. “En Florida peleé muchas veces, igual que en Indiana”.
Y en numerosas otras partes también.
“Espero en algún momento que me exalten en Illinois, porque allí yo hice toda la primera parte de mi carrera”, dijo, “pero ya llevan como dos años sin hacerla ceremonia por el COVID”.
Pero Fres entretanto se mantiene ocupado con su fundación, la Fred Oquendo Boxing Academy (FOBA).
“Es una organización para ayudar a los muchachitos de las áreas más pobres y peligrosas de Chicago, como en la que viví yo”, dijo. “No es que pretendemos que todos se hagan campeones mundiales, pero sí que aprendan unas destrezas de boxeo, para que esto le ayude a adquirir la disciplina para triunfar en otras áreas de la vida”.
“Y no es solo boxeo: también les ayudamos con tutores, consejeros, sociólogos y otros aspectos más”.
Hay campeonatos que se ganan fuera del ring.
El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad y de la novela El último kamikaze, ganadora del certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2016.
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