Arrieta, un boxeador trabajador
Siempre ha habido grandes prospectos del boxeo boricua desarrollados en los Estados Unidos, pero la cantidad de jóvenes peleadores de renombre que residen allá, nacidos o de ascendencia boricua, parece haber aumentado geométricamente desde que la pandemia comenzó a hacerse sentir en los primeros meses de 2020.
Con toda lógica: a los desarrollados allá desde el aficionismo, como Xander Zayas, Edgar Berlanga, Janelson Figueroa y los hermanos Joseph y Jeremy Adorno, entre muchos otros, se les han ido sumando peleadores desarrollados en la Isla que decidieron irse a Estados Unidos al cerrarse en la Isla tanto los gimnasios como las carteleras locales.
Entre estos últimos se encontró Carlos Josué Arrieta, de 26 años y natural de Trujillo Alto, quien, después de hacer 10 de sus primeras 11 peleas en Puerto Rico -y la otra en la República Dominicana-, emigró a principios de 2020 a Ocala, Florida.
En Florida, donde proyecta seguir peleando, Arrieta, un peso supergallo y pluma que ahora tiene marca de 14-0 y ocho nocauts, rápidamente se empató con el entrenador puertorriqueño Tito Ocasio y con el promotor boricua, Jesús Escalera, y pudo estar mucho mؘás activo que si hubiese permanecido en la Isla.
“Gracias a Dios, Escalera me dio la mano”, dijo Carlos Josué, manejado y coentrenado por su padre, Carlos Arrieta.
“El empezó a ponerme en sus programas y me he mantenido bien activo”.
El púgil, que en su última pelea en Puerto Rico, en septiembre de 2019, ya había peleado a 10 asaltos -venciendo por decisión al panameño Ricardo Núñez en Trujillo Alto-, básicamente tuvo que volver a empezar en Florida, haciendo peleas a cuatro y seis asaltos luego de su larga inactividad al pelear en agosto, octubre y noviembre. Pero ahora tiene previsto recuperar el sitial perdido: con Escalera, tiene programadas sus primeras tres peleas de 2021 para el 18 de junio, 28 de agosto y 30 de octubre, todas en Florida, las dos primeras a ocho episodios y la tercera a 10.
Todavía no se han anunciado sus rivales.
Pero ahora él se encuentra de regreso en la Isla.
“Mi abuelo murió hace un mes y sucedieron algunas cosas, así que decidí quedarme en Puerto Rico”, dijo Carlos Josué.
“Tengo mi campamento en un gimnasio que hizo mi papá en Trujillo Alto pero, para guantear, vamos a otros gimnasios, como el de La Perla”.
“Antes yo entrenaba en Ocala con Tito Ocasio y mi padre se unía al final, pero ahora mi papá va a estar a cargo de todo mi entrenamiento y Tito se nos va a unir cuando viajemos a Florida para las peleas”.
No ha sido fácil: Carlos Josué tiene un trabajo de ocho horas al día con una compañía que se encarga de arreglar apartamentos, donde “pinto y empañeto si hay que empañetar, y cosas así”.
Muchos de sus días, sin embargo, empiezan a las 5:00 de la mañana, cuando tiene carreras programadas, y concluyen en el gimnasio en la tarde después de salir de trabajar.
Pero él cree que el sacrificio empezará a dar verdaderos frutos en 2022, cuando empiecen a llegar las peles de mayor nivel.
“Una pelea que siempre me interesaba era con Emanuel Navarrete”, dijo sobre el mexicano, excampeón supergallo de la OMB.
“Pero era cuando él estaba en las 122 libras y ahora subió a las 126”.
De hecho, Navarrete es ahora el campeón peso pluma de la OMB y debe defender su título el 24 de abril en Kissimmee ante el boricua Christopher ‘Pitufo’ Díaz.
“Pero hay que ver”, dijo Carlos Josué. “Yo siempre me he mantenido entre las 122 y las 126 libras, y donde primero llegue una oportunidad… ahí la voy a aprovechar”.
El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad y de la novela El último kamikaze, ganadora del certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2016.
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