Luis Pabón vuelve a internacionalizarse
Por primera vez desde que empezó la pandemia, el árbitro puertorriqueño Luis Pabón trabajó en una pelea celebrada fuera de Puerto Rico el pasado sábado 31 de octubre, en el Alamodome de San Antonio, Texas, cuando fue la tercera figura sobre el ring en la exitosa defensa titular del texano-mexicano Mario Barrios, quien noqueó en el sexto asalto al texano Ryan Karl para retener su cetro ‘regular’ junior welter de la AMB.
En esa pelea, que para Pabón fue la 181 de título mundial en su carrera, también trabajó como juez el puertorriqueño Roberto Torres.
“A mí me sorprendió cuando me llamaron”, admitió Pabón, “pero en Texas siempre hemos tenido buenos amigos”.
“De hecho”, dijo, “mi última pelea de título mundial, en febrero, fue allí mismo, cuando peleó Chocolatito”.
Pabón con Barrios.
Esa fue la pelea celebrada el 29 de febrero en Frisco, Texas, en la que el legendario peleador nicaragüense, Román ‘Chocolatito’ González, conquistó el cetro supermosca de la AMB al noquear en el noveno asalto al británico Khalid Yafai
“Ahora, aunque ellos no pueden traer oficiales del exterior, a nosotros, por ser puertorriqueños, nos llevaron porque nos consideran de Estados Unidos”.
En esta ocasión la experiencia fue muy diferente, sin embargo: “Tan pronto llegué me dijeron que estaría en una ‘burbuja’ en el hotel, y así fue”, dijo. “Después de que me hicieron la prueba del COVID 19, me pusieron una pulsera con una clave y literalmente tuve que estar encerrado en mi cuarto todo el tiempo: las comidas las tenía que ordenar y, si usaba el ascensor, ni siquiera oprimía el piso: solo escribía mi código y el ascensor me llevaba al tercer piso, el mío”.
Todo esto a pesar de que la cartelera fue una de las primeras que se celebra en Estados Unidos con un público masivo desde que la pandemia comenzó a arreciar en marzo.
“Pero el Alamodome tiene capacidad para entre 80,000 y 100,000, y solo abrieron para una capacidad de 11,000”, explicó, sin embargo, Pabón, quien también trabajó en una de las preliminares: el triunfo por decisión en 10 asaltos del peso ligero dominicano Michael Rivera (19-0 y 12) sobre Ladarius Miller (21-2 y seis).
Entretanto, Barrios (26-0 y 17), de ascendencia mexicana, quien venció a Karl (18-3 y 12), impresionó a Pabón por su estatura -mide 5’10”- y su pegada, aunque a Pabón también le pareció que absorbe demasiado castigo.
“No es nacido en México, pero pelea con el típico estilo mexicano”, opinó sobre el peleador, ligado a la empresa Premier Boxing Champions (PBC) de Al Haymon, que algunos consideran que en su próxima presentación podría defender su versión de la corona de las 140 libras ante el boricua Subriel Matías, quien la semana anterior, en otra cartelera de la PBC, noqueó en el séptimo asalto a Malik Hawkins (18-1 y 12) para mejorar su marca a 16-1 y 16.
“Sería una buena oportunidad para él (Subriel)”, dijo Pabٴón.
El combate estelar de la cartelera del 31 de octubre fue aquel en el cual Gervonta Davis noqueó espectacularmente en el sexto asalto con un devastador ‘óper’ de izquierda al mexicano Leo Santa Cruz.
Y resulta que el árbitro de esa pelea, quien corrió a socorrer a Santa Cruz, es también puertorriqueño: César Ramos.
“Lo curioso es que él no solo es de Bayamón, como yo, sino que vivíamos en la misma urbanización y hasta fuimos en la misma escuela, pero nunca nos conocimos hasta el boxeo”, dijo Pabón. “El se fue de Puerto Rico a los 17 años para ingresar al ejército y en determinado momento lo movieron a Texas, donde despuٞés se quedó a vivir”.
El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad y de la novela El último kamikaze, ganadora del certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2016.
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