El boricua que le ganó a Teófimo
Independientemente de lo que haga en el resto de su carrera en el boxeo, Ryan Pino siempre va a poder decir una cosa: que una vez le ganó a Teófimo López, el futuro campeón mundial del peso ligero que ahora se acaba de endiosar al convertirse en monarca unificado de las 135 libras gracias a su victoria sobre Vasyl Lomachenko.
En la actualidad, Pino, de 24 años de edad y natural de San Juan, es un peso welter de 6’0” de estatura con marca de 8-5-2 y cuatro nocauts que perdió aquí por decisión ante prospectos como Danielito Zorrilla y Jorge Maysonet, Jr., pero ha hecho sus tres últimas peleas en los Estados Unidos, perdiendo una por decisión y empatando las otras dos.
Entrenado como siempre por su padre, José Pino, quien antes estaba a cargo del gimnasio de la Barriada Israel en Río Piedras y ahora lo entrena en el gimnasio 12 Round Boxing, en Puerta de Tierra, Ryan estuvo preparándose en las últimas semanas para tratar de cambiar su suerte y hacer su primera pelea desde el 28 de febrero, cuando, el 29 de octubre, en Warwick, Rhode Island, debía combatir a ocho asaltos con Khiry Todd (10-1 y ocho), de Massachusetts.
Pelea que, tristemente, se canceló dos horas antes del pesaje cuando su oponente se declaró enfermo.
Pino celebra su victoria sobre Teófimo en Cataño.
Profesional desde el 2015, sin embargo, Ryan tuvo la oportunidad de pelear con Teófimo en el torneo Wilfredo Gómez de boxeo aficionado, cuando este se celebró en una de sus primeras ediciones en el coliseo Cosme Beitía, de Cataño.
“No recuerdo si fue la primera o segunda edición, antes de que lo pasaran a Guaynabo”, dijo. “Al torneo traían siempre un equipo de Florida y Teófimo vino con ese equipo”.
“Recuerdo que vino con su papá -el hondureño Teófimo López, Sr.- y que se quedaron en la casa del presidente de la Región Metro (de la federación)”.
“Y ya tenía su reputación, porque se decía que estaba por clasificar para las Olimpiadas”.
Eventualmente, Teófimo se quedó corto en su intento por representar a los Estados Unidos en las 132 libras: aunque ganó el torneo clasificatorio, el elegido fue Carlos Balderas, quien había clasificado gracias a su actuación en la llamada Serie Mundial de Boxeo, que para entonces auspiciaba la federación internacional.
Pero entonces Teófimo clasificó para los Juegos de Rio por Honduras en el preolimpico de Buenos Aires, aunque su sueño olímpico concluyó cuando fue derrotado en la primera ronda por el francés de ascendencia haitiana, Sofiane Oumiha.
“Aquí él y sus padres estaban confiados”, agregó Ryan. “Decían que él me iba a dar con los dos puños, y recuerdo que yo le dije que yo no tenía dos, sino cuatro”.
Y Ryan, quien siempre se ha caracterizado por su buen boxeo, le dominó por decisión unánime, 3-0.
“Le hice la misma pelea en los tres asaltos y recuerdo que el árbitro era americano”, dijo. “Lo eliminé en la primera ronda”.
“Después ellos estaban molestos y decían que había sido un robo, pero no fue así”.
No obstante ese desenlace, Ryan dijo que se alegra de los triunfos que Teófimo ha cosechado en el profesionalismo.
“No hay rencor”, dijo. “Sí me sorprendió que le ganara a Lomachenko, pero me alegro por él”.
El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad y de la novela El último kamikaze, ganadora del certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2016.
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