Antes de que finalmente se resolviera el tranque con Norceca y que de nuevo todos los equipos pudieran contratar refuerzos de todas partes del mundo para el torneo femenino que comenzará el 12 de febrero, hubo un momento en que la federación boricua de voleibol sugirió el reclutamiento de jugadoras de Europa o Suramérica como alternativa para eludir la prohibición.
Las Llaneras de Toa Baja entonces picaron al frente y su apoderado, el Ing. Marcos Martínez, trajo desde Turquía a la reconocida esquina Yeliz Basa para que fuera evaluada por su cuerpo técnico, encabezado por el dirigente Luis Aponte. Y la evaluación evidentemente fue tan positiva que Martínez decidió quedarse con la jugadora a pesar de que ahora está en libertad para traer jugadoras norteamericanas de alto nivel con las que no tenía correrse el riesgo de pasar por un proceso demasiado largo para conseguir una visa de trabajo.

Yeliz Basa saluda a las jugadoras de Toa Baja luego de un fogueo (foto: Laura Mojica).

“Esperamos que la visa esté como para el 10 de febrero”, dijo recientemente Martínez, cruzando los dedos: la temporada de las Llaneras comenzará el 13 de febrero en su casa cuando reciban a las pentacampeonas Criollas de Caguas.
Más aún, por cautela, a Basa no se le ha permitido siquiera practicar hasta que sus papeles no estén al día.
Pero hay buenas razones para esperar que a la larga todo haya valido la pena con la jugadora de 32 años y 6’2” de estatura.
“Incluso antes de que surgiera lo de traer refuerzos de otras partes del mundo, yo estaba gestionando que viniera a jugar a Puerto Rico”, dijo su representante, el ‘coach’ y agente puertorriqueño David Quiñones.
“Ella ha jugado en todas partes del mundo y quería venir a jugar en una liga de América, y aquí en Puerto Rico no están acostumbrados a ver a una jugadora como esta, que es de un nivel un poco más alto que el de los refuerzos que usualmente se traen”.

Sobrino del recordado líder del olimpismo local y pasado presidente de la Federación de Voleibol, Libertario Pérez, Quiñones es también el agente de la estrella boricua Karina Ocasio, y conoció a Basa cuando ambas jugaban como refuerzo en la Liga de Corea en 2013.
“En esas ligas, por ser extranjeras, las jugadoras refuerzos se conocen y por lo regular se hacen amigas”, dijo Quiñones, quien luego se convertiría en su agente.
Natural de Estambul, Yeliz Askan asumió el apellido de su marido, Onur Basa, quien es dentista y dirige una clínica allí y se encuentra ahora con ella en Puerto Rico, acompañándola en lo que se resuelve el asunto de la visa.
“Así hago siempre”, dijo Onur, quien domina el inglés un poco más que su esposa. “Dejo la clínica al cuido de otros durante un par de semanas”.

La clínica, además de la casa de ambos, afortunadamente está ubicada lejos del sector del país que a fines de enero fue estremecido por un terremoto que dejó decenas de muertes.
La experiencia internacional de Yeliz anteriormente los había llevado a ligas del lejano oriente: “Fue la primera jugadora turca en jugar en la Liga de Corea, en la de Japón, en la de Indonesia, en la de la República Checa, en Tailandia (donde viene de jugar en 2019) y ahora es la primera en Puerto Rico”, dijo Onur. “Y usualmente los equipos con los que ella juega terminan ganando el campeonato”.
“Para este año ella quería ser la primera jugadora turca en jugar como refuerzo en América”, agregó. “Nos interesó Puerto Rico porque Estados Unidos, en realidad, no tiene una liga profesional: lo que tiene son equipos de colegio”.

Al igual que Karina Ocasio, que recientemente anunció su retiro de la selección nacional, Yeliz se retiró de la Selección Nacional de Turquía, donde tuvo su mayor logro en 2014, cuando ayudó a que Turquía ganara la medalla de oro en la Liga Europea.
“Lo que pasó es que cuando ella jugaba en esas ligas orientales el trabajo era muy intenso y la temporada duraba como nueve meses, y ella estaba cansada”, dijo Onur. “Le dijo a la Selección que necesitaba descansar, aparte de que la selección está en un proceso de renovación, con jugadoras más jóvenes”.
“Pero creo que va a estar retirada para siempre”.
Así, Yeliz tratará de mantener viva su racha de campeonatos cada vez que juega como refuerzo en una liga nueva… aunque esta vez, entre otras cosas, tendría que lidiar con la racha de cinco campeonatos que llevan las Criollas de su amiga Karina.

El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad y de la novela El último kamikaze, ganadora del certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2016.
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