Cambia el panorama para Manny
Como parte de la promoción relacionada con la pelea que Manny Rodríguez debía hacer este sábado en Orlando ante el australiano Jason Moloney, se difundió una entrevista que The Sporting News le hizo al británico Paul Butler, quien en mayo había sufrido ante el boricua en Londres una amplia derrota por decisión unánime al disputar el cetro vacante peso gallo de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).
Y la misma resultaba fascinante por todo lo bueno que el británico decía sobre él.
“Es un peleador especial… mucho mejor de lo que yo había imaginado”, dijo. “Nada de lo que (el entrenador) Joe Gallagher y yo habíamos estudiado de sus peleas anteriores nos sirvió porque él no se corrió ni un solo riesgo en su pelea conmigo. Estuvo perfecto en todo momento. En las peleas que habíamos visto él se corría riesgos y se quedaba un poco abierto a veces, por lo que planeamos lanzarle ganchos de izquierda en riposta, pero no me dio ni una sola oportunidad de hacerlo”.
“Eso dice mucho acerca de la clase de peleador que es”.
Además de pronosticar que le ganaría a Moloney, Butler le concedió٠ al boricua alguna posibilidad de éxito frente al ‘Monstruo’ japonés Naoya Inoue, el campeón gallo ‘regular de la AMB, a quien en ese caso debería enfrentar en la segunda ronda del torneo de la World Boxing Super Series para el peso gallo en el que ambos están participando.
Butler expresó la opinión de que Inoue, considerado el favorito para ganar el torneo por su récord noqueador y por haber sido ya campeón en tres divisiones distintas, es quien ganará el torneo, pero también dijo que si alguien es capaz de sorprenderlo, ese es Rodríguez.
“Rodríguez tiene lo suficiente como para darle problemas a cualquiera y va a ser interesante ver cómo Inoue reacciona ante algo que no ha visto nunca”, dijo. “Si hay alguien que puede dar la sorpresa e impedirle que gane el torneo, ese es él”.
Aparte de coincidir plenamente con él, me pareció entonces que Butler incluso había subestimado un poco al boricua: quizá no estaba consciente de que tal vez la razón principal por la que él le duró los 12 rounds a Manny luego de haber caído dos veces en el primer episodio fue que este se lastimó la mano izquierda en ese mismo asalto, por lo que Butler pudo capear el temporal el resto de la pelea.
¿No hubiera Butler considerado que su pelea con Inoue era, cuanto menos, pareja, si todavía hubiese tenido impreso en su fisonomía el recuerdo de un devastador nocaut en dos o tres asaltos, que es lo que probablemente hubiese recibido sin esa lesión del boricua?
En fin, frente a Moloney (17-0 y 14), uno de esos primeros clasificados llenos de dudas por no haber enfrentado a rivales reconocidos ni haber peleado nunca fuera de su país, yo pensaba que Manny dejaría comprobado que tenía tantas probabilidades de ganar el torneo como el mismo Inoue.
Más aún cuando todo presagiaba que Moloney -descrito como un peleador agresivo, fajador, sin mucha defensa- era el rival ideal para que se luciera.
El propio entrenador de Manny, Víctor ‘Cano’ Ortiz, pronosticaba un nocaut.
Pero sucedió lo que a veces ocurre en el boxeo y también en otras facetas de la vida: que no ocurrió una cosa ni la otra sino todo lo contrario, como diría Cantinflas si hubiese sido un analista boxístico.
Pese a su estilo agresivo, Moloney, aún perdiendo los primeros asaltos, fue capaz de resistir la pegada del boricua, quien, de paso, ya fuera porque el australiano era un gran asimilador o porque este era demasiado fuerte, no pareció lastimarlo en ningún momento.
Entretanto, Moloney utilizó el estilo que siempre se recomienda a los peleadores que no pueden competir técnicamente con su rival: un estilo de pelea abrumador, en el que muchas veces agarraba y dominaba al boricua con su fortaleza y sus golpes al cuerpo.
Al final, ese estilo le fue dando resultado y, mientras que Moloney cada vez incrementaba más su ataque, Manny parecía irse quedando sin fuerzas, y el australiano fue empujando la pelea hasta el grado de que dominóֶ con claridad los últimos asaltos.
Al final, sin embargo, la ventaja inicial del boricua fue suficiente y logró escapar de la CFE Arena de Orlando con una angustiosa victoria por decisión dividida (115-113, 115-113 y 113-115).
“Me cansé y por eso la esquina me mandó a boxear en los últimos dos asaltos”, diría Manny después.
Peor aún, aunque cuando sufrió ante Butler su lesión en un nudillo de la mano izquierda se dijo que había sido algo excepcional, quizá debido a alguna falla en el vendaje, dado que él nunca había padecido de las manos, esta vez Manny dijo que se había lastimado la misma mano para el cuarto o quinto asalto, “aunque me mantuve activo, haciendo el trabajo”, en lo que reconoció como “la pelea más fuerte de su carrera profesional”.
Y ahora debe prepararse para, posiblemente en febrero o marzo, tener que enfrentar a Inoue, un peleador que es probable que sea bastante más fuerte que Moloney, y viniendo de sobrevivir una pelea complicadísima y de haberse lastimado la misma mano por segunda vez seguida.
Claro, todavía puede ocurrir cualquier cosa. Incluso, habituado a noquear en el primer asalto, Inoue hasta pudiera desinflarse si ve que Manny se mantiene peleando a la par con él y conectándole sus golpes durante varios asaltos, como muy bien pudiera hacerlo.
Pero, luego de lo ocurrido este sábado, sería prudente cambiar nuestras expectativas, y en vez de ser una pelea pareja, su pelea con Inoue se ha convertido de pronto en una en la que Manny por lo menos tiene algunas probabilidades de victoria.
El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad y de la novela El último kamikaze, ganadora del certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2016.
(ceuyoyi@hotmail.com).
En twitter, Ceuyoyi, en Facebook, Jorge L. Prez