El boxeo busca una superestrella
Hace un tiempo que, boxísticamente hablando, hemos venido viviendo los primeros meses de una nueva era en el boxeo mundial.
Es decir, aunque Manny Pacquiao sigue activo y Floyd Mayweather, Jr., continuamente amenaza con regresar, la realidad es que esos dos peleadores, que fueron las figuras dominantes del boxeo mundial durante más de una década, ya son cosa del pasado.
Pero el que todavía sus nombres continúen siendo noticia es indicativo de dos cosas: una, que ambos fueron muy buenos durante mucho tiempo y brindaron muchas grandes peleas, incluso entre las más lucrativas de todos los tiempos.
Pero también la permanencia de su fama tiene un aspecto negativo: el boxeo sigue sin encontrar quién los sustituya como la gran figura, el atleta emblemático del deporte, como en el pasado lo fue ron también Oscar de la Hoya y Mike Tyson.
Terence Crawford.
Y es una búsqueda que lleva bastante tiempo en proceso.
De primera instancia algunos llegaron a pensar que quizá había llegado el momento de que la división pesada volviera a ser algo así como el buque insignia del boxeo, y la llegada de un campeón talentoso, joven, y de gran pegada, como el británico Anthony Joshua, parecía confirmar este optimismo.
Pero pese a que aún es joven a su edad de 28 años, exhibe un récord inmaculado de 22-0 con 21 nocauts, posee los tؙítulos de la AMB, el CMB y la OMB y convoca asistencias de más de 80,000 espectadores en Inglaterra y bolsas multimillonarias para las transmisiones de sus peleas en Europa, lo cierto es que Joshua no ha logrado penetrar en los Estados Unidos y ha perdido bastante brillo en sus últimas presentaciones: con el limitado Joseph Parker cuando unificó en marzo con el entonces monarca de la OMB, Joshua, pese a su evidente superioridad en todos los aspectos, se mostró excesivamente cauteloso y hasta a la defensiva y tuvo que conformarse con una monótona victoria por decisión.
Y en su última pelea, celebrada el 22 de septiembre ante Alexander Povetkin, el ruso de 39 años lo estremeció sin piedad en los primeros episodios antes de caer en el séptimo episodio.
¿Será Deontay Wilder el mesías?
El campeón pesado del CMB, con marca de 40-0 y 39 nocauts, tiene toda la ferocidad que a Joshua le falta, pero también es un peleador demasiado rudimentario y alocado que, en su última defensa, estuvo al borde del nocaut ante el cubano Luis ‘King Kong’ Ortiz, también de 39 años.
Bajando de peso, podemos mencionar al mexicano Canelo Alvarez, quien sin duda es una de las máximas estrellas del deporte, pero también resulta cada vez más claro, con sus victorias y empates controversiales, el escándalo por el uso de sustancias ilegales y la creciente evidencia de que sus promotores siempre han buscado que tenga todas las ventajas -ya sea con pesos ‘intermedios’ o rivales cuidadosamente seleccionados-, que es muy difícil que alcance el nivel al que ascendieron los grandes del pasado.
Y la decisión de subir de peso para retar al oscuro peleador británico Rocky Fielding por el cetro súper mediano ‘regular’ de la AMB tampoco debe servir de mucho, salvo para seguir aumentando su cuenta bancaria y la cantidad de títulos mundiales que ha poseído.
¿Vasyl Lomachenko? Pese a su indudable talento, no ha sido nunca un peleador de’pay-per-view’ y, pese a haber ganado tres títulos mundiales en divisiones diferentes, su pelea unificatoria del 8 de diciembre con el boricua José ‘Sniper’ Pedraza está prevista para efectuarse en el Madison Square Garden… pero no en el local grande, sino en su Hulu Theatre, con capacidad para unos 5,500 espectadores.
En fin, quizá el candidato más viable lo sea Terence Crawford, quien este sábado mejoró su marca a 34-0 con 25 nocauts al noquear en 12 asaltos a un valiente José Benavídez para retener en su ciudad natal de Omaha, Nebraska, su cetro welter de la OMB, su tercero en tres divisiones distintas.
Su promotor, Bob Arum, lo promociona ya como el mejor ‘libra por libra’ del mundo y se pasa comparándolo con Sugar Ray Leonard, quien en su época fue sin duda una superestrella.
Pero aunque su talento como peleador es incuestionable, para de verdad convertirse en un ídolo de multitudes a Crawford todavía le falta conseguir victorias contra rivales de primer orden, lo que podría tener al alcance de la mano si se cuadran las unificatorias con Errol Spence, Jr. o Keith Thurman de las que se están hablando.
Lo que luce probable, sin embargo, es que, por desgracia, y pese a su personalidad ecuánime y agradable, él nunca alcanzará el carisma que irradiaba a raudales el Sugar Ray.
En fin, quizá en esta nueva época que vive el boxeo, ya casi post-HBO, tendremos que irnos acostumbrando a que las superestrellas que trascienden el deporte, como Leonard, Tyson, De la Hoya, Mayweather y Pacquiao, y que aparecen en las portadas de las revistas no especializadas en boxeo, ya se han ido para no volver.
El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad y de la novela El último kamikaze, ganadora del certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2016.
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