Salto al profesionalismo
El pasado 13 de agosto en Río representó el final de la larga y fructífera carrera aficionada del bayamonés Jeyvier Cintrón, al quedar eliminado controvertidamente en la primera ronda del torneo de boxeo de los Juegos Olimpicos.
Su padre, el expeleador Javier ‘Perrito’ Cintrón, confirmó recientemente lo que todo el mundo suponía: que, después de participar en dos Juegos Olímpicos, el zurdo de 21 años se apresta a dar el famoso salto al profesionalismo.
Un salto que, en su caso, apenas será un brinquito: las distancias entre el boxeo aficionado y el profesional habían venido reduciéndose durante el último par de años hasta desaparecer prácticamente por completo en estas Olimpiadas, cuando por primera vez se permitió la participación de peleadores profesionales e incluso llegó a pelear un par de excampeones mundiales.
Cintrón sufrió una dudosa derrota en Río.
“De hecho, el estilo de Jeyvier ya era profesional”, dijo Cintrón, padre, quien amasó un récord de 14-11-2 y 10 nocauts en una carrera como profesional que se extendió entre 1990 y 2008.
“Por eso fue que cuando participó en la Serie Mundial de Boxeo, peleando a cinco asaltos, él le ganó a todo el mundo”.
Jeyvier, de hecho, clasificó para las Olimpiadas gracias a los triunfos y puntos que acumuló como parte del equipo de los Hurricanes de Puerto Rico en esa liga semi-pro avalada por la AIBA (la Asociación Internacional de Boxeo) en su interés por promover cada vez más la transición hacia el profesionalismo olímpico.
Perrito va incluso más allá: “En realidad ya no hay diferencia entre el boxeo aficionado y el profesional: la única diferencia que había era que en aficionado se usaba la careta y la forma de votar era distinta, pero ya ni es así”.
Eso no quiere decir, naturalmente, que a Jeyvier o a su padre –quien seguirá siendo su entrenador en el profesionalismo-, se les hace más fácil asimilar esa derrota ante el kazajo Olzhas Sattibayev en la primera ronda olímpica de las 114 libras.
Para empezar, ya Cintrón, el único boricua que logró clasificar para el boxeo olímpico, lo había vencido dos veces en los enfrentamientos de la Serie Mundial.
Pero, para rematar, se trató de una pelea muy cerrada que inicialmente fue declarada un empate y luego, al no permitirse los empates en el aficionismo, se llevó a cabo una segunda votación en la que supuestamente se tomaron en cuenta aspectos secundarios –técnica, dominio del ring- más allá de los golpes conectados, y entonces se le dio el triunfo por decisión dividida a Sattibayev por 28-29, 30-27 y 29-28.
“Esa pelea fue un robo: lo vio todo el mundo”, dijo el mayor de los Cintrón.
“Yo creo que lo hubo ahí fue un escogido de los boxeadores”.
“Si uno viene a ver, fueron eliminando poco a poco a los mejores de la división, hasta que al final los que ganaron medalla fueron los más porquería”.
En fin, Shakhobidin Zoirov, de Ubezquistán, ganó la medalla de oro, ayudando a que, increíblemente, su país –y no Cuba ni más nadie- fuera el máximo medallista del boxeo de estos Juegos, con siete medallas (tres de oro, dos de plata y dos de bronce).
Mikhail Aloyan, de Rusia, ganó plata, y el chino Hu Jianguan y el venezolano Yoel Finol compartieron las de bronce.
De paso, Aloyan, dos veces campeón mundial aficionado y eventual medallista de bronce en Londres, fue quien eliminó a Jeyvier en la tercera ronda de los Juegos de 2012, cuando el boricua ganó sus primeras dos peleas y se quedó a un triunfo de asegurar la medalla de bronce.
Perrito Cintrón, sin embargo, se abstuvo de anunciar cuándo pudiera producirse ese inevitable salto -o brinquito- de su hijo y su debut como profesional “full time”, excepto para decir que el mismo se debe producir antes de que finalice el año.
Es de presumir, sin embargo, que las negociaciones con algunas de las principales compañías promotoras del mundo comiencen muy pronto, si no han empezado ya, en vista de que incluso antes de que abandonara la Villa Olímpica en los Juegos de Londres Jeyvier recibió la visita –y una oferta inicial- de parte de la Golden Boy Promotions de Oscar de la Hoya.
El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad.
(ceuyoyi@hotmail.com).
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