Una carrera en suspenso
Si su carrera hubiese seguido un rumbo normal en el último año, es probable que el junior mediano cagüeño Daniel ‘El Duro’ Rosario, entrenado por Evangelista Cotto en el gimnasio Bairoa, estuviese en estos momentos al borde de una pelea de título mundial.
Hace casi exactamente un año, de hecho -el 17 de julio de 2015-, Daniel, de 28 años, mejoró su foja profesional a 11-1 con 10 nocauts al despachar en dos saltos al mexicano Aaron García, entonces con marca de 14-3-1 y 10 nocauts, en el Kissimmee Civic Center de Kissimmee, Florida, como parte de una cartelera presentada por la compañía All Star Boxing, del veterano promotor puertorriqueño radicado en la Florida, Félix ‘Tutico’ Zabala.
Con ese triunfo, Daniel, cuya única derrota había sido por decisión dividida en Ciudad de México ante el mexicano Daniel Ortega en agosto de 2014, conquistó el cetro vacante Latino de la OMB para las 154 libras.
Poco después el organismo presidido por el también puertorriqueño Francisco ‘Paco’ Valcárcel puso 14 en su ‘ranking’ mundial al peleador de 5’11” de estatura.
Pero Daniel, quien como aficionado tuvo un récord extraoficial de 174-17, fue varias veces campeón nacional y estuvo en la Selección Nacional, ganando en más de una ocasión torneos internacionales de prestigio tales como la Copa La Romana de la República Dominicana y el Cheo Aponte de Caguas, no ha vuelto a pelear.
La razón parece ser la agria ruptura que se produjo después de que su manejador, Richard Santiago, no aceptara el cambio de rival que le anunciaran el mismo día del pesaje cuando Daniel, ligado promocionalmente a la All Star, tenía previsto pelear el 31 de octubre del año pasado en Kissimmee.
Según la versión de Santiago, el problema se produjo cuando en la mañana del día del pesaje lo llamaron para informarle que, debido a que se había caído la pelea estelar, en vez de pelear a seis asaltos en una revancha con el mismo Aaron García que venía de noquear, Rosario ahora sería la estelar y que su rival sería ahora el colombiano Carlos Galván, entonces con marca de 11-4-1 y 10 nocauts.
Santiago dijo que rehusó arriesgar a un peleador acabado de clasificar mundialmente frente a un rival salido de la nada; por el otro lado, la All Star argumentó que la decisión del manejador le causó un grave problema dado que no podía ofrecerle a la televisión una pelea estelar de Rosario frente a alquien al que poco antes había noqueado en menos de dos asaltos.
Para complicar aún más la cosa, la All Star simplemente estaba corriéndole la cartelera a la empresa Top Rank, que iba a presentarla en vivo por Unimas.
El programa, que originalmente iba a ser estelarizado por Félix Verdejo, terminó celebrándose de todos modos, pero, a pesar de que el contrato promocional de Rosario con la All Star se extiende hasta mayo del 2017, la relación entre los representantes del peleador y la empresa no parece haber sobrevivido.
“Yo estoy incómodo con la situación”, admitió Tutico en una conversación telefónica, “porque yo no soy Don King ni nadie así para tener peleadores sin ponerlos a pelear”.
También explicó que quien estuvo a cargo de toda la situación fue Rubén de Jesús, el director de operaciones de su compañía, quien siempre ha sido el enlace de la All Star con el peleador, y que “a lo mejor la cosa no se manejó de la mejor manera”, pero que sí cree que Santiago tomó la decisión equivocada.
“Yo sí creo que nos fallaron”, dijo. “Para empezar, es un peleador al que habíamos llevado a ganar el título Latino y a aparecer clasificado, ¿cómo íbamos a tratar de hacerle daño en nuestra cartelera? Incluso, queríamos que Top Rank lo vieran y tanto empujamos hasta que lo aceptaron como su pelea estelar frente a un rival que nosotros entendíamos que era adecuado para él”.
“Incluso, si no querían pelear a 10 asaltos, la pelea la hubiésemos hecho a ocho”, agregó. “Pero ellos sencillamente no se presentaron al pesaje”.
Después de eso, según el propio Rosario, él no ha vuelto a saber de la compañía, “y al par de semanas de lo que pasó con esa pelea me quitaron el tٌítulo y me sacaron del ‘ranking’.”
“Me consta que Richard ha tratado de comunicarse con ellos, pero nunca le contestan”, agregó Rosario la semana pasada antes de una sesión de entrenamiento en el Bairoa.
Tutico tiene una versión distinta.
“Primero, Rubén sí se ha tratado de comunicar con ellos y no le han respondido”, dijo.
“Pero, aparte de eso, el mismo muchacho ha dado a entender en las redes sociales que ya no está muy interesado en el boxeo: ha dicho que se va a retirar para irse a estudiar y en las fotos que ha puesto aparece gordito”.
“De todos modos”, dijo, “los otros días estuve hablando con Rubén y le dije que no quiero seguir con esta situación y que voy a arreglar esto, de una manera u otra”.
Rosario, quien por suerte tiene un trabajo estable en la panadería de Caguas en la que trabaja desde hace cinco años, asegura que él siempre se ha mantenido entrenando.
“Yo no he bajado la guardia: sigo preparándome, siempre estoy activo en el gimnasio, porque no quiero que le puedan coger por sorpresa”, dijo. “Estoy disponible para seguir peleando con la compañía hasta que se termine el contrato y que, si no me quieren, que me den el ‘release’.”
“Pero yo quiero pelear”, dijo. “Este es un sueño que uno siempre ha tenido, y es muy frustrante ver que el tiempo siga pasando sin poder hacer nada”.
Así, dice, él sigue mirando el reloj, “esperando que ese teléfono suene”.
Para una cosa… o para la otra.
El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad.
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