Un último impulso para Kermit Cintrón
A la edad de 36 años, el excampeón boricua Kermit Cintrón inició el pasado 6 de mayo en Filadelfia lo que él espera que sea su última campaña, en busca de una nueva oportunidad titular.
En Filadelfia, el excampeón welter de la FIB y excampeón interino del CMB para las 154 libras, derrotó esa noche por decisión en seis asaltos al ecuatoriano Eduardo Flores en su primera presentación en más de dos años para mejorar su marca a 36-5-2 y 28 nocauts, y ahora se apresta a regresar rápidamente a la actividad el 28 de julio, también en Filadelfia.
“Quiero estar muy activo, pelea a pelea”, dijo el peleador nacido en Carolina que siendo aún adolescente se mudó a Reading, Pensilvania.
La larga inactividad tuvo dos razones básicas: ¿la principal? La operación de su mano derecha.
“Después de la operación el médico me dijo que iba a tener que estar un año completo sin hacer nada”, dijo Cintrón, quien perdió el uso eficiente de su devastadora derecha -gracias a la cual recibió el mote de The Killer -en su combate con Jesse Feliciano en 2007 y resistió la necesidad de operarse durante los próximos siete años, mientras ganaba peleas con Alfredo ‘El Perro’ Angulo y Antwone Smith, perdía con Antonio Margarito, Paul Williams y Saúl ‘Canelo’ Alvarez y empataba con Sergio ‘Maravilla’ Martínez. Pero entonces, al vencer por decisión al cotizado Ronald Cruz en marzo de 2014, Kermit volvió a lastimársela severamente y se dio cuenta de que había llegado la hora de operarse o retirarse.
“Después del año de inactividad”, explicó, “me di cuenta de que el contrato con el promotor que tenía estaba a punto de terminar, y entonces me puse a buscar otro promotor”. “Hubo dos que me hicieron ofertas”, agregó, “pero no me sentía cómodo con ninguno”.
A la larga decidió regresar al pasado y firmó con Marshall Kauffman, quien había sido su primer manejador, conduciéndole al campeonato, y acababa de convertirse en promotor: “Está trabajando con Al Haymon”, dijo Kermit.
Y Joe Pastore, quien había sido su especialista en acondicionamiento físico en la primera etapa de su carrera, se convirtió en su entrenador en propiedad. “Ellos me conocen bien y saben lo que me conviene”, dijo. “Van a buscar lo que sea mejor para mi carrera”.
“Para esta pelea pesé 153.9 libras”, dijo, “e hice el peso mucho más fácilmente de lo que esperaba después de estar tanto tiempo sin pelear”.
“La idea es seguir bajando poco a poco, pelea por pelea, para ver si puedo hacer las 147 otra vez, pero sin quedar demasiado débil”. Ya en su próximo combate, que será también en Pensilvania, él espera estar peleando a ocho asaltos, y las peleas a 10 episodios vendrán poco después.
“Marshall me estará poniendo a pelear a menudo hasta que aparezca la grande… con quien sea”, dijo. Y él espera que no sea un proceso que se prologo demasiado. “Después de todo”, dijo, “no nos estamos poniendo más jóvenes”.
El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad.
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