Patetismo a lo Mayorga
Mientras que Puerto Rico formaba parte de la gira promocional de una de las peleas más atractivas y con más razón de ser de los últimos tiempos, Cotto vs Canelo, en la que ambos peleadores y sus respectivas organizaciones se comportaron con elegancia y eficiencia, el resto del universo boxístico estaba siendo sometido a un bombardeo de informaciones ridículas y desagradables, en un vergonzoso esfuerzo por vender un puñado adicional de boletos o de compras de ‘pay per view’ o sencillamente de llamar la atención con fines publicitarios.
La primera de ellas, y la más burda: el intento de agitar a las masas para que saliera corriendo a comprar el ‘combate’ entre el nicaragüense Ricardo Mayorga y la otrora superestrella Sugar Shane Mosley, que sería transmitido en ‘pay per view’ desde el Forum de Los Angeles el pasado sábado.
La pelea carecía de sentido de tantas maneras que apenas resultaban suficientes los dedos de ambas manos para enumerarlos: próximo a cumplir los 42 años de edad, Mayorga, quien en su momento fue un buen campeón del peso welter, salió de su retiro el año pasado para ganarle a dos ganapanes después de que Cotto lo noqueara en 2011. Antes de eso, en el 2007, también lo había noqueado en el duodécimo asalto Mosley, quien si bien en su mejor momento fue uno de los mejores peleadores del mundo, ahora cuenta con 44 años de edad, llevaba casi dos años sin pelear y en sus últimas seis peleas tenía un récord de 1-4 y un empate.
En fin, tanto en su mejor momento como en su largo declive durante los últimos 10 años, Mayorga se ha caracterizado por insultar a sus oponentes con tal de vender sus peleas, diciendo incluso que iba a matarlos, y esta vez, me imagino que en medio de la desesperación que sentía por promocionar este desastre, su gran maniobra promocional consistió en darle una nalgada a la novia de su rival cuando esta, por alguna razón, acompañaba a Mosley en la tarima durante la última conferencia de prensa.
Como bien cuestionó Michael Marley en un ‘twit’: “¿Qué demonios hacía la novia de Mosley en la tarima con los peleadores?”
Peor aún, ¿qué demonios hacía ella en la tarima al alcance de la mano de Mayorga, un tipo que, para promocionar su pelea con Oscar de la Hoya, llegó a insultar a la esposa (Millie Corretjer) y el hijo del Golden Boy y a agarrarse la partes pudendas en honor a los fanáticos de De la Hoya durante el pesaje?
Esta vez, para terminar de hundirse en el fango, Mayorga, quien para colmo se rebasaría por tres libras el peso acordado de 162 como para demostrar la gran condición física que ha alcanzado, diría poco después que todo lo relacionado con las nalgas de la novia de Mosley había estado “arreglado”.
¿En realidad pensaban que haciendo esto iban a conseguir que una cantidad significativa de fanáticos del boxeo pagara $49.95 por ver eso, la misma noche que ESPN daría, de gratis, el atractivo encuentro por el título pluma entre los mexicanos Abner Mares y Leo Santa Cruz, el cual se celebraría allí cerquitita en el Staples Center de Los Angeles?
A la postre, Santa Cruz venció a Mares en un excelente combate mientras que Mayorga cayó patéticamente sobre lalona después de un golpe al cuerpo en el sexto asalto.
Bonita manera de terminar una semana que incluyó, entre las primeras noticias relacionadas con el boxeo, la absurda discusión, a nivel de tiraera reguetonera, entre Floyd Mayweather, Jr., reconocido como el mejor peleador de los últimos años y habituado a ganar decenas y decenas de millones por sus peleas, incluyendo la supuesta suma de $220 millones por su choque con Manny Pacquiao, y la campeona de UFC, Ronda Rousey.
A pesar de todos los logros de Mayweather y su marca de 48-0, Ronda -quien, casualmente, es rubia y bien parecida- recibió en julio el premio de “Mejor Peleador’ (o peleadora, me imagino) en los ESPY, la popular premiación de valores anuales de ESPN.
No se trata de que ella no tenga sus méritos: además de lucir mucho mejor que el Pretty Boy en bikini, una prenda que utiliza a menudo en sus ‘posters’, Ronda, quien como judoka ganó la medalla de oro en el Mundial Juvenil de 2004 y bronce en las Olimpiadas de 2008, ha arrasado con su oposición como campeona peso gallo del organismo de artes marciales UFC, acumulando un récord de 12-0 con 12 nocauts, 11 de ellos en el primer asalto.
Y en respuesta a que Mayweather había dicho el año pasado que no sabía quién era ella cuando le mencionaron su nombre, esta vez ella se mofó al recibir el premio, diciéndole: “¿Sabes quién soy, ahora?”
De ahí, la relación fue deteriorándose a base de ‘twits’ asesinos: Floyd le recordó cuánto más ganaba él, mientras que ella respondió asegurando que lo vencería en un combate de artes marciales y le pidió que respondiera mediante un mensaje de texto “cuando hayas aprendido a leer y escribir”.
No creo que se dé nunca la pelea entre ellos -Mayweather solo está aprovechando la publicidad para promocionar su pelea del 12 de septiembre ante Andre Berto– pero, si acaso llegara a pensarse alguna vez en ese combate inconcebible, hay algo que resulta ya demasiado cierto: no van a necesitar que Ricardo Mayorga escriba sus comunicados de prensa.
Ya han bajado a su nivel ellos solitos.
El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad.
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