No creo que pueda acusárseme de estar picando fuera del hoyo cuando digo que, hasta hace unos cuantos meses, la opinión generalizada de muchos conocedores de boxeo era que las oportunidades de triunfo de Miguel Cotto sobre Saúl ‘Canelo’ Alvarez dependían en gran medida de la mayor experiencia del boricua, especialmente en combates de toma y dame, mucha sangre y entrega total.
Porque lo cierto es que Cotto había comprobado con creces su capacidad para resistir castigo y heridas sangrientas para seguir acosando a su rival hasta dominarlo definitivamente a través de su larga trayectoria como campeón de cuatro divisiones distintas. Ahí estaban sus reyertas victoriosas contra Margarito, Mayorga y Zab Judah.
Incluso en sus derrotas ante Manny Pacquiao y la primera, con asterisco, ante Margarito, el cagüeño, con marca de 40-4 y 33 nocauts, se mantuvo en la pelea y haciendo un gran esfuerzo hasta el final.
Canelo (45-1-1 y 32), entretanto, nunca ha tenido peleas así. Su carrera puede definirse a base de sus triunfos impresionantes sobre peleadores aguerridos y de poca técnica que a menudo han venido de divisiones inferiores –Josesito López, Alfredo Angulo– o de una larga inactividad: James Kirkland llevaba año y medio sin subirse a un ring antes de que el mexicano lo destrozara en menos de tres asaltos en su última presentación el pasado 9 de mayo.

¿Qué pasaría con el pelirrojo cuando Cotto le viniera pa’encima, tirándole esos ganchos a las costillas?
Por otro lado, Canelo ha demostrado gran debilidad contra los peleadores que han sabido boxearle: Mayweather jugó con él, y el cubano Erislandy Lara sufrió una dudosa derrota por decisión dividida en una pelea que algunos le vieron ganar.
Sin embargo, Canelo lució tan impresionante en su victoria sobre Kirkland, sencillamente apabullando a un peleador zurdo reconocido por su gran pegada, que la opinión generalizada ha empezado a cambiar.
Tal vez debido a lo fuerte y decidido que se vio en ese encuentro Canelo, quien puede haber llegado a su cénit físico a la edad de 25 años, ahora muchos opinan que Cotto, ya con 34 años en su calendario, tendría más probabilidades de alcanzar la victoria si se dedica a boxearle.
Claro, Cotto no es un boxeador al estilo de un Mayweather o un Lara, pero sí posee un gran bagaje aficionado y un excelente boxeo que ha exhibido ocasionalmente, lo que evita que solo se le considere un fajador.
Y, claro, pega y puede ser devastador cuando se lanza al ataque, lo que evitaría que Canelo pueda concentrarse exclusivamente en perseguir a un boxeador esquivo y defensivo, como pudo hacer contra Lara o hasta contra el mismo Mayweather.
Obviamente, si el Cotto actual fuese el mismo de hace unos años, que iba perdiendo energías y decayendo según avanzaban sus peleas, uno se sentiría un poco cohibido de visualizar un estilo más conservador que tendiera a alargar el combate.
Pero lo cierto es que, de un tiempo para acá, ya sea por influencia de Freddie Roach o porque ha madurado como peleador, Cotto no ha mostrado esos problemas de estámina; y también ha abandonado su costumbre de aumentar exageradamente de peso entre pelea y pelea, manteniéndose en todo momento en una condición física excelente.
En fin, hasta el mismo Cotto pareció estar pensando de esta manera cuando la semana pasada, en una conferencia telefónica relacionada con su defensa del título mediano del CMB ante Canelo el 21 de noviembre en el Mandalay Bay de Las Vegas, un periodista le preguntó acerca de la fortaleza demostrada por su rival y él respondió: “Yo solo necesito ser inteligente. No necesito tener la fuerza para tumbarlo, sino tan solo la inteligencia para hacer el trabajo”.
Y agregó: “Cuando uno tiene más de una herramienta en su maletín, el oponente puede traer el estilo que él quiera y uno siempre tiene una herramienta para él”.
“Vamos a hacer eso mismo para esta pelea”.
Pero, claro, a mí siempre me gusta consultar con una leyenda boxística para confirmar la validez de mis teorías, y en esta ocasión, decidí hacerlo con alguien que tal vez conozcan: Wilfredo Gómez.

Gómez aconseja a Cotto al coincidir recientemente en el homenaje al ex comisionado Toto Peñagarícano. (Foto Suministrada, Miguel Maldonado)

“Es una pelea muy fuerte para Cotto”, me dijo el temible Bazooka, miembro del Salón de la Fama del Boxeo Internacional. “Canelo es fuerte y joven”.
“Pero yo le voy a Cotto”, agregó. “Ha demostrado que lo han tumbado y se ha vuelto a levantar para ganar, y yo respeto mucho eso”.
Sin embargo, agregó: “Si se va al palo, va a estar haciendo la pelea de Canelo, y creo que Canelo hasta lo podría noquear”.
“Para mí, Cotto tiene que boxearle, hacerle una pelea inteligente”.
Ya yo estaba celebrando cuando, de pronto, Wilfredo dijo algo que me paró en seco: “Claro, yo creo que a Canelo lo va a proteger el organismo: el CMB. Ese es un organismo de mexicanos y le van a dar la pelea si esta es un poco cerrada”.
Entonces recordé que, cuando perdiٕó en 2013 ante Mayweather sus cetros mediano junior de del CMB y la AMB, en una pelea en la que, frustrado, Canelo apenas hizo un esfuerzo en los últimos asaltos, uno de los jueces lo premió con un empate 114-114.
Sí, muchas gracias, Wilfredo, por recordármelo.

El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad.
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