La salida de Toto Peñagarícano
La Comisión de Boxeo Profesional de Puerto Rico no es perfecta y comete sus errores, a veces bastante graves.
En 1988, por ejemplo, cuando era presidida por Luis Batista Salas, Julio Gervacio perdió aquí su título supergallo de la AMB ante el venezolano Bernardo Piñango. Luego, aunque Piñango al parecer dio positivo a cocaína, la AMB rehusó anular la pelea debido a una falla cometida por la comisión al manejar el proceso de ‘doping’: no solo no se habían sellado debidamente elos frascos de las muestras, con las firmas requeridas, sino que en vez de manejarlos una compañía independiente, estos al parecer, habían pasado dos noches en la nevera de uno de los comisionados antes de que los entregaran el lunes siguiente al laboratorio.
Posteriormente la Comisión perdió un largo y costoso proceso legal contra la AMB.
Curiosamente, en ese caso los abogados de la Comisión alegaron que uno de los representantes de Piñango había avalado con su firma los frascos de las muestras y hasta contrataron a un calígrafo para tratar de probar que la firma era genuina.
Y en agosto del año pasado, aunque no a ese nivel, nuevamente la Comisión cometió serios errores de procedimiento durante el caso relacionado con la alteración de la tarjeta del juez César Ramos en la cartelera en la que José ‘Wonder Boy’ López se alzó con una controvertida victoria sobre el mexicano Roberto Castañeda.
Bastante se ha escrito y se ha dicho ya sobre este tema, en especial después que la controversia provocara una larga investigación por parte de Recreación y Deportes y terminara convirtiéndose en un duelo de credibilidades cuando Ramos aseguró que alguien -posiblemente el comisionado José ‘Toto’ Peñagarícano-, le había alterado la tarjeta de votación, mientras que Peñagarícano sostuvo que el propio Ramos había cambiado su votación frente a él.
En este caso, los abogados de Peñagarícano contrataron a un calígrafo que determinó que los cambios en la tarjeta habían sido hechos por el propio Ramos, y mientras que Peñagarícano y otros comisionados recibieron una reprimenda por las irregularidades que la investigación sacó a flote, Ramos recibió una suspensión de seis meses.
Lo que no me extraña es que Toto, quien ni siquiera había sido designado por la Comisión para actuar como supervisor de esa cartelera, fuera quien decidiera atender esa noche el caso de la tarjeta de Ramos, alertado por otro de los jueces cuando este informara que se había equivocado al votar el primer asalto y que Ramos había votado de la misma manera: él siempre había sido un comisionado dispuesto a enfrentar y resolver los problemas, independientemente de si estaba en funciones o no.
O si se equivocaba o no.
Directa o indirectamente, he estado cubriendo el boxeo profesional en Puerto Rico durante buena parte de esos 43 años que formó parte de la Comisión Peñagarícano, quien acaba de renunciar al organismo próximo a cumplir sus 75 años.
Estoy seguro de que durante gran parte de esos años, incluso cuando no fue presidente de la Comisión, Toto era quien verdaderamente ‘corría’ el organismo. Pero también era quien no faltaba a los pesajes ni a las carteleras, independientemente de si se trataba de prestigiosos programas de título mundial o de pequeñas carteleras de boxeo caliente.
¿Que si a veces daba la impresión a muchos de que le gustaba la publicidad, figurando casi siempre en primer plano en las fotos de los pesajes? Pues, sí.
Como a casi todos los comisionados de boxeo, líderes de organismos mundiales que son los primeros en encaramarse al ring después de las peleas, o incluso, como a casi todos los funcionarios gubernamentales.
Pero en su caso había que reconocerle que era un comisionado que trabajaba de verdad, no solo cuando había cámaras por los alrededores.
¿Que si a veces chocaba su expresión, tan reiterada, de que la Comisión de Puerto Rico era la mejor del mundo?
También es verdad. Pero del mismo modo hay que reconocer que aunque el secretario de Recreación de turno es quien nombra a los comisionados y son puestos de confianza que no reciben paga, por algún milagro la Comisión de Puerto Rico lleva años contando con varios comisionados que se han mantenido en sus cargos independientemente de la dirección en que soplen los vientos políticos.
Así, por raro que parezca, en Puerto Rico ocurre algo que no ocurre en muchas partes del mundo: sus comisionados son, verdaderamente, gente de boxeo.
En definitiva, la prolongada permanencia de funcionarios públicos en un puesto como la Comisión de Boxeo puede haber creado una endurecida aureola de club privado y alguna dejadez en sus funciones.
Pero también ha fomentado un alto nivel de conocimiento, consistencia y experiencia, que creo que es lo que indudablemente ha caracterizado el trabajo de la Comisión en todos estos años.
Y el de Toto Peñagarícano también, por supuesto.
En fin, solo espero que su salida de la Comisión no inicie una tendencia mucho peor: que empiecen a designarse como comisionados a figuras pasajeras que de pronto se descubren algúַַn tipo de interés por el boxeo… como lo puede tener usted o lo puedo tener yo.
Pero que luego naturalmente lo olvidan tan pronto pasan a su próxima función política.
El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad.
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