Mal momento para la Top Rank
Hace unos meses, la Golden Boy Promotions de Oscar de la Hoya, la empresa boxística que se estremecía violentamente, como una precaria casa de naipes a punto de desplomarse.
Primero vino el agrio rompimiento del Golden Boy con Richard Schaefer, quien había sido su mano derecha y quien en efecto en los últimos años le había corrido la compañía hasta ponerla a competir con la Top Rank de Bob Arum como la empresa promotora más peposa del planeta.
Poco después, De la Hoya le dio el ‘release’ a todos aquellos peleadores que controlaba promocionalmente pero estaban ligados al agente-manejador Al Haymon, entre ellos el campeón de ascendencia boricua, Danny García.
Peor aún, la compañía de Oscar también vio desaparecer por completo su relación con Floyd Mayweather, quien optó por lanzarse a montar sus peleas luego de que antes se hubiera valido del andamiaje promocional de la Golden Boy.
Así, todo indicaba que la Top Rank de Bob Arum permanecería como la última gran empresa boxística convencional, para hacerle frente a la creciente oleada de nuevas compañías fundadas por magnates salidos del mundo de la música y la representación de artistas y atletas de alto nivel. Promotores recién acuñados tales como el propio Haymon, quien ya había reclutado a más de un centenar de peleadores, y la Roc Nation del rapero, productor musical y empresario Jay Z, la cual contaba en sus filas con el monarca supermediano Andre Ward, entre otros.
Pero entonces la Top Rank también empezó a tambalearse como una segunda torre gemela: primero sufrió la deserción de su principal peleador mexicano, el excampeón Julio César Chávez, hijo, quien sostuvo que ya había expirado su contrato, y luego, esta semana, experimentó el ‘shock’ de ver cómo el campeón boricua Miguel Cotto, con quien tenía un acuerdo extraoficial, se convertía de pronto en la gran figura de Roc Nation.
Para colmo de males, la compañía, que llevaba más de un año cocinando a fuego lento a Macao, China, como la futura gran plaza del boxeo mundial al apostar a que Zou Shiming, se convertiría en el ídolo de una población de 1.3 mil millones de habitantes, se topó el sábado con la cruda realidad: el dos veces campeón olímpico sufrió una clara derrota por decisión ante Amnat Ruenroeng al tratar de conquistar el cetro mosca de la FIB en apenas su séptima pelea como profesional.
Todavía es posible que Shiming, entrenado por Freddie Roach, algún día se convierta en un peleador muy especial, pero ya resulta claro, después de esa derrota y de solo propinar un nocaut en sus primeras siete peleas como profesional, que no parece encaminado a convertirse en un fuera de serie capaz de cargar sobre sus espaldas el futuro de una empresa box.
Claro, por lo menos Top Rank cuenta con jóvenes promesas que pueden ser sus próximas estrellas -como Félix Verdejo– y también continúa teniendo en sus arcas a una de las figuras más carismáticas y comercialmente atractivas en el filipino Manny Pacquiao.
Este, aunque ya cuenta con 36 años, todavía puede seguir produciendo peleas súpermillonarias siempre y cuando no venga y sufra otra derrota.
A ver, ¿con quién va a hacer su próxima pelea?
¡Ay, mi madre!
El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad.
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