Blogs: En el camino…

Noticias

En el camino…

Por
💬

Los bufones de la tele…

Captura de pantalla 2016-04-14 a las 4.20.10 a.m.

No se trata de arreglar lo que no tiene remedio, que muchas son las cosas en este país que no lo tienen y moriremos con ellas, sino simplemente de pensar un poco en voz alta y decir lo que hay que decir solo para no explotar.

Bien sabemos que la televisión comercial tiene como norte fundamental el entretenimiento. Bien sabemos que la televisión comercial local no es la excepción. Bien sabemos que la programación de la televisión local comercial ha tenido como parte de su ADN -además de unos pocos espacios rescatables- una larga historia de programas tan mediocres como populares,  con unos altos índices de audiencia que les aseguran la existencia porque satisfacen las expectativas comerciales de los canales.

Repito, bien sabemos que es así y que esto no es nada nuevo -aunque parecería que las cosas han ido todavía más a la baja- y que no importa lo que se diga o lo que se escriba, esto no va a cambiar porque -al igual que en la antigua Roma- a las masas se les entretiene con muy poco cerebro, siempre que haya circo y bufones.

Sí, claro que son talleres de trabajo, pero solamente para unos cuantos que se jactan no solo de ser actores -que no lo son- o, peor aun, de ser “prensa”, que lo son menos, mientras los actores y los periodistas de verdad  malbaratan sus vocaciones, o simplemente tienen que hacer cosas que nada tienen que ver con lo que mejor saben hacer.

Quiero creer que somos más los que no somos como esos bufones de la tele y del Capitolio… y tampoco como los que tanto disfrutan con ellos

Decía el otro día que basta con sintonizar al mediodía 30 segundos de programación de televisión local comercial para asomarse el lado más tétrico y desesperanzador del país, al ver a legisladores de diversos partidos -hombres y mujeres- vomitar al unísono demagogia a gritos -ellos y ellas saben que no miento, así que por favor, no se hagan los ofendidos-, azuzados por un personaje sin la menor gracia que dice una y otra vez que es “prensa”.

Este suele ser un via crucis  casi inevitable cuando el mediodía nos sorprende en la sala de espera de alguna cita médica. El televisor suele estar sintonizado en ese martirio. Cuando esto sucede, no queda de otra que intentar alguna técnica zen de meditación y aun así se corre el riesgo de sufrir un infarto, porque nunca faltan quienes en la vecindad se rían a carcajadas y comenten con regocijo lo mucho que les gusta lo que bastante nos debería de indignar. Tanta aversión he desarrollado por esta situación que intento que mis citas médicas coincidan lo menos posible con estas “joyitas” televisivas.

Quizá lo más terrible de lo que estamos viviendo como país -la crisis fiscal, la debacle gubernamental, la incertidumbre, la desesperanza- es que está demostrando que carecemos de la dosis necesaria de indignación para intentar lo que nunca hemos intentado y tratar de recuperar el respeto por nosotros mismos y por esta Isla en la que -quiero creer- somos más los que no somos como esos bufones de la tele y del Capitolio… y tampoco como los que tanto disfrutan con ellos.

marioalegreb@gmail.com

💬Ver comentarios